Victoria Herrero
Salud
Cuando tener las caderas anchas es una buena señal para nuestra salud
Según un estudio, el tejido adiposo de la zona puede protegernos de ciertas enfermedades del corazón
Un respiro para todas aquellas personas que sufren por reducir los centímetros de sus caderas. Según un estudio realizado por la Universidad de Groninga, en Holanda (@univgroningen), tener las caderas anchas es bueno para la salud. ¿Cómo? La grasa corporal que se acumula en esta zona "rebelde" de nuestro cuerpo reduce, según estos expertos, las posibilidades de sufrir ciertos riesgos de salud, como pueden ser las enfermedades relacionadas con el metabolismo o ciertas patologías del corazón.
Por si fuera poco, ese tejido adiposo se encarga de eliminar los ácidos lípidos dañinos para nuestro cuerpo, además de contener elementos antiinflamatorios que evitan que nuestras arterias se obstruyan. Buenas noticias que también se pueden extrapolar a la zona de los glúteos o los muslos.
Pero no vayamos a pensar ahora que esa grasa de más es saludable en cualquier parte del cuerpo como puede ser la cintura. Todo lo contrario. En este caso, un exceso alrededor del estómago aumenta el riesgo de diabetes y enfermedades coronarias.
Ejercicios para mantenernos en un estado saludable
Pese a esta revelación, en la media está la virtud y nunca puede ser saludable un exceso exagerado de grasa en esta zona del cuerpo. Por eso, si queremos cuidar nuestras caderas y no acumular tanto tejido graso, podemos poner en práctica estos sencillos ejercicios (acompañados de una alimentación sana y equilibrada donde no falte una correcta hidratación).
- El primer ejercicio consiste en tumbarse en una esterilla mirando al techo. A continuación, elevamos una pierna trazando círculos en el aire (a la derecha y a la izquierda) sin hacerlo de forma muy brusca. Repetimos varias veces con ambas piernas.
- Otro ejercicio que podemos hacer de la misma manera, pero tumbándonos con uno de los lados del cuerpo apoyado en el suelo, es levantar la pierna lateralmente.
- La siguiente rutina pasa por hacer torsiones con nuestro cuerpo. Nos ponemos de pie con las piernas separadas y flexionamos el tronco hacia adelante. Ponemos las manos a la altura de los riñones y levantamos la pierna (como a la pata coja o bien hacia atrás). Mantenemos unos 15 segundos, bajamos la pierna y lo hacemos con la otra. Repetimos un par de veces con cada extremidad inferior.
- Para terminar, nada como un poco de diversión. Cogemos un aro y lo colocamos en la cintura. El truco está en aguantar todo lo que podamos mientras giramos el aro con el tronco para, de esta manera, favorecer nuestra coordinación motora y mejorar la salud cardiovascular.