Verónica Mollejo
Salud
Lo que necesitas saber sobre el cáncer de cérvix o del cuello uterino
El cáncer de cérvix, o cáncer del cuello uterino, está causado por el virus del papiloma humano
Aunque todavía es un desconocido para gran parte de la población, el cáncer de cérvix, también conocido como cáncer del cuello uterino, es el segundo más frecuente entre las mujeres, con más de 500.000 nuevos casos al año en todo el mundo. Pero ¿en qué consiste realmente? En primer lugar, el cérvix es la parte inferior del útero, ese órgano hueco y con forma de pera que reside en la parte baja del abdomen de la mujer, el lugar donde crece y se desarrolla el feto. Esta porción forma un canal que desemboca en la vagina y que, a su vez, conecta con el exterior.
Bajo esta premisa, el cáncer de cérvix “se desarrolla cuando las células normales del cuello del útero comienzan a cambiar y crecen descontroladamente. La mayoría de los cánceres del cuello del útero son carcinomas de células escamosas; se llaman así por el tipo de células donde se ha originado”, explican desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Causas y síntomas principales
Tal y como hemos visto, se trata de una enfermedad que afecta sobre todo a las mujeres de entre 40 y 55 años, aunque existen algunos factores de riesgo que aumentan las probabilidades como, por ejemplo, el consumo de ciertos medicamentos, el tabaquismo, el uso de anticonceptivos orales o los herpes genitales.
En el 99% de los casos, el virus del papiloma humano (VPH) está detrás del cáncer de cérvix, el cual se transmite durante las relaciones sexuales. “La mayoría de las infecciones por VPH se resuelven espontáneamente. Se desconocen los motivos por los que sólo algunas infecciones progresan a alteraciones malignas”, añade la SEOM.
En cuanto a los síntomas relacionados, especialmente cuando el tumor está más avanzado, destacan el dolor o las molestias al mantener relaciones sexuales y una hemorragia vaginal anormal entre periodos o tras las relaciones sexuales. Es cierto que estos signos pueden estar vinculados con otras enfermedades benignas, pero, ante cualquier duda, lo mejor es acudir cuanto antes al médico y al ginecólogo, pues es el único que puede detectarlo y analizar las lesiones. Además, “en mujeres menopáusicas cualquier sangrado vaginal debe ser consultado con el ginecólogo”, alerta la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc).
Tratamiento y prevención
“La prevención del cáncer es posible mediante la detección precoz de alteraciones celulares en la citología o test de Papanicolau y, recientemente, con la administración de la vacuna, lo cual evitará el contagio e infección del virus HPV”, detallan desde la SEOM. En cambio, si ya has sido diagnosticado y como ocurre con otros tumores, las opciones pasan por una cirugía para extirpar el tejido maligno o bien el órgano en su totalidad, la radioterapia para eliminar las células afectadas o la quimioterapia habitual.
Eso sí, el médico responsable será el encargado de recomendar el tratamiento más adecuado según el caso, de ahí la importancia de acudir cuanto antes a su consulta, identificar el problema y atacarlo de manera inmediata.