Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorComienza el verano y las temperaturas empiezan a marcar cada vez mayores números. Con la llegada de la época estival no solamente comienzan a aparecer los turistas en las playas, ríos y lagos, sino que también empieza a hacer su aparición un visitante que lleva con nosotros varios años: la mosca negra.
Este insecto pertenece a la familia de los simúlidos. Con un tamaño de entre 3 y 6 milímetros, algo más pequeña que una mosca habitual se ha convertido en una pesadilla en algunas zonas. Siempre ha estado entre nosotros, pero ha sido durante los últimos años cuando ha tenido una explosión en su población, concentrándose sobre todo en Madrid, Aragón, Murcia y Cataluña.
Estos insectos cuentan con una boca en forma de sierra con la que producen una herida en la piel en la que inoculan la saliva, dejando como marca un punto rojo además de la inflamación. Al contrario de lo que muchas veces se cree, la mosca negra no pica, sino muerde. Inyecta además un anestésico que provocará que nos demos cuenta horas más tarde de que nos ha mordido.
Este mordisco actúa como una tijera, y en vez de una punzada (como lo haría un mosquito) rasga la piel. Esta acción en los más pequeños, en embarazadas, ancianos y personas en situación débil, puede ocasionarles una reacción importante. En ningún caso con riesgo mortal y sin la posibilidad de transmitir enfermedades.
Esta reacción se puede ver mediante una inflamación, molesta y llamativa a la vista que durará aproximadamente una semana. En muchos casos se acude al centro médico ante la molestia que ocasiona y el desconocimiento. Un problema que puede saturar nuestros servicios públicos de salud durante estos días.
En caso de picadura, lo primero es limpiar la zona y aplicar hielo para disminuir la inflamación. Se irá curando solo a lo largo de una semana, pero podremos tratarnos con antisépticos, manteniendo una buena higiene y en ocasiones con pomadas con corticosteroides para rebajar la inflamación. Solamente debemos acudir a urgencias si presentamos signos generales de reacción alérgica (hinchazón en la cara o labios, dificultad para tragar, voz ronca, dificultad respiratoria, etc).
Para evitar estas situaciones podemos utilizar repelentes de insectos. Entre los más utilizados está el DEET (Dietiltoluamida) en altas concentraciones, superando el 45%, o el citriodiol. Para las personas que opten por los remedios naturales, también existen soluciones como las que utilizan concentrado de extracto de la flor pelitre, un repelente natural de todo tipo de insectos, o los granulados. En estos dos últimos casos el efecto no es eliminar a la mosca negra, sino ahuyentarlas.
Estos repelentes, si son en forma de spray tienen una gran eficacia, pero hay que repetir su aplicación cada 3 o 4 horas sin importar si es por encima de la piel o de la ropa.
Además del uso de repelentes, para evitar su picadura se recomienda evitar pasear cerca de los cauces de los ríos a primera hora de la mañana y de la tarde. Del mismo modo el ir con ropa clara, y no la oscura o con fuertes contrastes de color.