A medida que cumplimos años, nuestra piel también experimenta cambios. El paso del tiempo, sumado a factores externos como la exposición solar o el estrés, hacen que la piel pierda elasticidad, luminosidad y se vuelva más propensa a la sequedad y las arrugas.
Pero, envejecer no significa resignarse a tener una piel menos saludable. Con una rutina de cuidado adecuada y algunos hábitos saludables, podemos preservar la belleza y lozanía de nuestra piel a medida que se cumplen años.
Toma nota de los consejos que te harán lucir una piel radiante de forma sencilla.
Hidratación adecuada
La piel seca es uno de los principales problemas cutáneos que afectan a las personas mayores. La disminución de la producción de lípidos y la menor capacidad de retención de agua hacen que la piel se vuelva más vulnerable a la irritación y la descamación. Por ello, la hidratación es fundamental para mantener la piel sana y flexible.
Para combatir esto, es esencial utilizar cremas hidratantes ricas en ingredientes como la glicerina, el ácido hialurónico y la urea, que ayudan a atraer y retener la humedad en la piel. Además, es recomendable aplicar la crema hidratante inmediatamente después del baño, cuando la piel aún está húmeda, para maximizar la absorción.
Otro consejo es incorporar un humidificador en el hogar, especialmente durante los meses de invierno, cuando el aire tiende a ser más seco. Así, se mantendrá mejor la humedad en el ambiente, beneficiando la piel y las vías respiratorias.
Alimentación y suplementos
Una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, puede proporcionar los nutrientes necesarios para mantener la piel en buen estado. Alimentos ricos en antioxidantes, como las bayas, los cítricos y las verduras de hoja verde, ayudan a combatir los radicales libres, que pueden dañar las células de la piel.
Además, la combinación de vitaminas D, calcio y magnesio tiene numerosos beneficios tanto para la piel como para la salud ósea. La vitamina D, en particular, puede ayudar a mejorar la función de barrera de la piel y promover la regeneración celular. Dichos nutrientes se pueden obtener a través de la dieta o mediante suplementos.
Protección solar
La protección solar no es solo para los jóvenes. La piel envejecida es aún más susceptible a los daños causados por el sol, como las manchas oscuras, las arrugas y, en casos graves, el cáncer de piel. Por lo tanto, es necesario aplicar un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30 todos los días, incluso en días nublados o cuando se está en interiores cerca de ventanas.
Además, es recomendable evitar la exposición al sol durante las horas pico, entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos.
Rutina de cuidado
La limpieza de la piel es un paso básico en su cuidado, pero en la tercera edad es importante hacerlo con suavidad. Es importante evitar los jabones agresivos que pueden resecar la piel y optar por productos específicos para pieles maduras, que sean limpiadores suaves y nutritivos.
Además, existen algunos productos tópicos que pueden ser útiles para cuidar la piel en la tercera edad. Entre ellos, podemos destacar:
Retinol: Un derivado de la vitamina A que ayuda a reducir las arrugas y líneas finas, y a aumentar la producción de colágeno.
Ácido hialurónico: Un componente natural de la piel que ayuda a mantenerla hidratada y tersa.
Vitamina C: Un antioxidante que ayuda a proteger la piel del daño solar y a estimular la producción de colágeno.
Cuidar la piel en la tercera edad no tiene que ser complicado. Con estos simples pasos, puedes mantener tu piel saludable y radiante. Así que, ya sea que estés leyendo esto para ti o para ayudar a un ser querido, esperamos que te sean útiles estos consejos.
Sobre el autor:
Stefano Traverso
Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.