Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorA medida que vamos cumpliendo años nuestro cuerpo cambia y hay que prestar más atención a los cambios, a la salud y al buen funcionamiento de nuestro organismo. Es necesario cuidar con más esmero la alimentación y hacerse chequeos periódicos para que todo funciones de manera correcta. Entre estos cuidados también hay que tener en cuenta la salud ocular, hacerse una revisión anual, no solo por un optometrista para que evalúe nuestra visión y pueda actualizar nuestra óptica, sino también por el oftalmóloga, para que descarte cualquier problema de tensión ocular o ciertas enfermedades oculares asociadas a la edad como son:
Con la edad el cristalino se va volviendo opaco formándose la catarata. El tratamiento es quirúrgico y los síntomas son la pérdida de visión, dificultad para enfocar o ajustar la visión al pasar de una zona bien iluminada a una con poca luz o viceversa, dificultad a la hora de conducir en condiciones de poca luz o con lluvia, deslumbramiento, ceguera nocturna y pérdida de sensibilidad para distinguir colores de tonos parecidos.
Es una enfermedad relacionada con la presión ocular que daña el nervio óptico. No acostumbra a dar sintomatología hasta que la pérdida del campo visual ya es irreversible. Por este motivo es importante acudir al oftalmólogo como mínimo una vez al año para hacerse una revisión y poder detectar cualquier alteración en la presión ocular y, en el caso de tener glaucoma, poder aplicar un tratamiento lo más prematuro posible, si no, con el tiempo, puede llevar a una pérdida importante de visión e incluso ceguera.
Como su nombre indica está relacionada con la diabetes y se debe a una alteración progresiva en los vasos sanguíneos que irrigan la retina que producen una extravasación y acumulación de fluido en las capas de la retina, engrosando el tejido retiniano provocando el emborronamiento de la visión. Suele afectar a los dos ojos por igual y si la enfermedad es severa puede llegar a causar ceguera.
Consiste en un desgaste de las células del tejido nervioso de la retina, en la parte central, en la mácula, lo que provoca la pérdida de visión central, manteniendo la visión periférica. Un diagnóstico precoz ayudará a mantener la visión central, especialmente si se observan distorsiones en la vista de líneas rectas.
Esta alteración es muy común en las personas mayores de 60 años. Si bien por sí misma no es grave, sí es molesta. Suele producir escozor, picor y sensación de tener un objeto extraño en el ojo. Está producida por la escasa o nula producción de lágrimas debido a una obstrucción del lacrimal o a una mala calidad de las lágrimas.
El Institut Català de la Retina (ICR) da unas pautas para mantener la salud de los ojos y evitar problemas mayores relacionados con la visión: