Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorTodos nos sentimos enojados o frustrados de vez en cuando, pero ahora la pandemia del Covid-19 ha tenido un efecto enorme en nuestras vidas e incluso las personas más tranquilas pueden notar que se enfadan o desaniman con más frecuencia de lo habitual, sin que necesariamente entendamos por qué.
Además, las restricciones actuales implican que tengamos menos acceso a algunas de nuestras rutinas de cuidado personal, que normalmente nos ayudarían a mantener un equilibrio emocional, como ir al gimnasio, recibir un masaje o salir a cenar con amigos. Por ello, es un buen momento para explorar los motivos que nos causan más frustración y reflexionar sobre cómo manejar nuestras emociones de una manera saludable.
A nivel fisiológico, la ira es una respuesta adaptativa: cuando nos enfadamos, nuestra frecuencia cardíaca se acelera, la presión arterial aumenta y los músculos se tensan porque nuestro sistema nervioso simpático de lucha o huida se activa, ante lo que considera una amenaza. Sin embargo, a veces, la ira es una respuesta secundaria a otra emoción como la vergüenza, el dolor, la ansiedad, el miedo o el sentimiento de impotencia. En el contexto actual de la pandemia, esta frustración también puede venir por sentimientos de pérdida. La realidad es que todos hemos perdido cosas estos meses, como la capacidad de tener el control, la sensación de seguridad o de conexión con los demás. Además, muchas personas han pasado o están pasando por situaciones muy graves y complicadas.
A medida que comenzamos a reconocer y procesar este dolor, podemos aceptarlo e integrarlo en nuestras vidas. El simple hecho de darnos cuenta de lo que nos está sucediendo puede ser una oportunidad para el cambio. Algunos estudios en psiquiatría muestran que dedicar unos 20 minutos para concentrarnos en nuestra ira nos permiten primero expresarla y después ganar perspectiva, lo que nos ayuda a procesarla de una manera saludable. Por ello, hablar de como nos sentimos con alguien es una muy buena idea.
Además, para disipar la energía que acompaña a la frustración, debemos movernos físicamente saliendo a caminar, limpiando la casa, bailando, haciendo jardinería o deporte. Cualquier activdiad que implique movimiento será beneficiosa. También tenemos la opción parar unos minutos para meditar y hacer respiraciones conscientes. Con solo hacer unas pocas respiraciones profundas, podemos activar el sistema nervioso y focalizarnos en el presente. Pero la clave del éxito de cualquiera de estas técnicas es la práctica regular, siendo constantes día tras día. Solo así notaremos los resultados.
La Organización Mundial de la Salud (@OMS_es) ha lanzado una advertencia acerca de la escasa inversión realiza por los países en el ámbito de la Salud Mental y las consecuencias que esto ha tenido para el abordaje de los pacientes durante la pandemia. Según los estudios, ha habido un aumento de los síntomas depresivos, un aumento de síntomas de ansiedad y la aparición de estrés postraumático.
Hay que tener en cuenta que es una situación que no ha terminado, y cada persona debe afrontarla y adaptarla a sus circumstancias. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recuerdan que está bien estar informado, pero escuchar noticias sobre la pandemia de manera constante puede ser angustiante. Por ello, debemos tomarnos un tiempo para relajarnos con actividades que disfrutemos; cuidar nuestro cuerpo, con ejercicio regular que nos permita descansar mejor; hacer respiraciones profundas y ejercicios de estiramientos; y seguir una dieta equilibrada y evitar el consumo de alcohol y tabaco. Además, recomienda seguir tomando las medidas preventivas de rutina (como las vacunas, pruebas de detección del cáncer, etc.) de nuestro proveedor de atención médica y hablar con personas de confianza acerca de nuestras inquietudes y de cómo nos sentimos.