Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorSegún la Academia Americana de Oftalmología es recomendable realizar revisiones anuales para quienes utilicen gafas o lentillas, y las personas que carezcan de antecedentes familiares o no padezcan problemas oculares deben, al menos, hacerse una revisión entre los 20-39 años, y cada 2 o 4 años entre los 40 y los 50, ya que a los 40 años empieza la presbicia, la vista cansada, y puede aumentar la presión intraocular, provocando un glaucoma y la pérdida de campo visual. De forma que los signos iniciales de una enfermedadocualr y los cambios en la visión pueden empezar aproximadamente a esta edad, y será el oftalmólogo quien nos indicará la frecuencia con que deberemos hacer un seguimiento de los exámenes, en base a los resultados de las pruebas de detección.
A partir de los 50 años se empiezan a desarrollar las cataratas y a los 60, existe la posibilidad de que se presente una degeneración macular asociada a la edad, por ello, debemos ir al oftalmólogo si detectamos irregularidades en la visión central y problemas para leer.
Las revisiones oftalmológicas incluyen un estudio de la presión intraocular, el fondo de ojo, la agudeza visual y cuantas pruebas sean necesarias para descartar trastornos que pueden ocasionar problemas como el glaucoma, las cataratas, la degeneración macular, la retinopatía diabética, el desprendimiento de retina, así como otras diversas retinopatías. Con un tratamiento temprano, los problemas oculares suelen tener un buen resultado.
Quienes a cualquier edad tengan síntomas o factores de riesgo de padecer alguna enfermedad ocular es necesario que consulten a un oftalmólogo de inmediato. Estos factores de riesgo incluyen la diabetes, la hipertensión o un historial familiar de enfermedad ocular. Y las personas que ya visitan a un oftalmólogo para el tratamiento de una enfermedad o una lesión, deben cumplir también con las citas de control para exámenes visuales, sobretodo si llevan gafas o lentes de contacto.
Las enfermedades de los ojos pueden ocurrir en cualquier momento de la vida y no todas presentan signos de aviso, por ello es necesario hacer regularmente un examen oftalmológico, aunque no tengamos síntomas que indiquen la aparición de alguna enfermedad.
Para prevenir los virus y las baterías que causan infecciones oculares debemos lavarnos las manos con frecuencia. Las manijas de las puertas, los carros del supermercado, los brazos de las sillas... y superficies similares son posibles fuentes de estos organismos.Si tienes los ojos llorosos o algún tipo de flujo ocular o prurito, no te restriegues los ojos con las manos. Es mejor utilizar una toalla facial suave para limpiarnos los ojos.
El Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (@CNOO) recomienda a los usuarios de lentes de contacto extremar la higiene para reducir la posibilidad de padecer infecciones en los ojos como, por ejemplo, la queratitis microbiana, y síntomas como la visión borrosa, enrojecimiento, dolor, lagrimeo o mayor sensibilidad a la luz.
Además, de las revisiones oftalmológicas, y una buena higiene, una adecuada nutrición beneficia todonuestrol organismo, incluidos los ojos. Asegúrate de incluir en tu dieta: