Es muy problable que si eres mayor de 60 o 70 años, te hayas preguntado alguna vez cuándo deberías empezar a acudir a un geriatra, además de a tu médico de cabecera. "Para saber cuándo hay que ir, hay que saber primero lo que es la Geriatría, una especialidad médica que aúna los problemas sociales, psicológicos y funcionales de pacientes mayores con pluripatología, que son tratados de forma integral", explica el geriatra y presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (@CEOMA_ong) Juan Manuel Martínez.
Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria), los geriatras son médicos generales o internistas con capacitación especializada para atender las necesidades de salud de los adultos mayores, que se ocupa de los aspectos clínicos, preventivos y sociales de la enfermedad de los mayores. Su principal objetivo es prevenir y superar la pérdida de autonomía, a la cual estas personas son especialmente susceptibles.
La clave, la pluripatología
No hay una edad concreta para acudir al geriatra sino que depende de cada caso. Aproximadamente el 30% de las personas de 65 años o más necesitan consultar a este tipo de médico, según los expertos, pero muchos no los saben o no saben como hacerlo. El propio Ramón Sánchez-Ocaña, periodista especializado en Salud y miembro del Comité Editorial de 65Ymás, reconoce las trabas que ha sufrido para responder a esta pregunta. "El problema es que antes de llegar al geriatra te mandan a distintos especialistas", explica.
Un aspecto que reconoce Juan Manuel Martínez, quien aclara que "si tienes un problemas de estómago, tienes que ir al especialista, pero cuando tienes un problema multipatológico, ahí es cuando debes ir al geriatra, una persona que sepa tratar pluripatología de manera integral". Como solución ante la confusión, el presidente de CEOMA considera que debería haber un geriatra o un asesor en Geriatría en cada centro de salud de toda España, así como en hospitales y residencias. El problema es que no hay suficientes, ya que es una especialidad poco valorada, pese al progresivo envejecimiento de la población.
No es cuestión de edad
Existe unanimidad a la hora de admitir que se cometen ciertos errores en torno a Geriatría. Por un lado, es frecuente confundir Geriatría simplemente con medicina de personas mayores de 65 años, y esto, según la SEGG, no es del todo exacto. "La Geriatría centra principalmente su atención en aquellas personas mayores de 65 años que presentan varias enfermedades y que tienden a la cronicidad o invalidez, y cuya evolución está condicionada por factores psíquicos o sociales". Tal es así, que los recursos de atención geriátrica específicos han sido creados precisamente para estos grupos de ancianos y no para aquellos que, aun teniendo edad avanzada, gozan de buen estado de salud y llevan una vida autónoma e independiente.
También se suele confundir la Geriatría con asistencia única y exclusivamente a enfermos crónicos; sin embargo, el espectro de acción de esta rama de la Medicina es mucho más amplio. La Geriatría pretende prevenir la aparición de la enfermedad, tratarla cuando ésta aparece, impedir que evolucione a la cronici dad y asegurar que los casos que lleguen a la dependencia total sean únicamente los estrictamente inevitables. Todas estas acciones se realizan tanto en el paciente agudo como en el que precisa tratamiento continuado.
Señales de que necesitas un geriatra
Los especialistas consideran que va a depender mucho de las particularidades de cada paciente. Se tiene a relacionarlo sobre todo con la funcionalidad física, cognitiva, emocional y social de la persona, pero no siempre es así. Los factores más comunes que llevan a una valoración geriátrica son:
- Menor funcionalidad física. Si notas que han disminuido las habilidades para realizar tareas que antes se consideraban normales y las realizaba sin dificultad, por ejemplo, hacer la compra, cocinar, salir de casa, hacer el ase doméstico o el aseo personal, caminar, es buena idea que consultes a un geriatra para que evalúe tu equilibrio y forma de andar. Las caídas son la principal causa de lesiones y muerte por lesiones entre adultos mayores de 65 años, según el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Un geriatra además puede recomendar ejercicios en el hogar para mejorar el equilibrio o recetar una tanda de fisioterapia.
- Problemas de la memoria. Según un estudio de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University publicado el año pasado en la revista Journal of General Internal Medicine, a casi el 60% de los mayores de 65 años con posible demencia no se les ha diagnosticado esta enfermedad o no saben que la padecen. Un geriatra puede realizar una prueba para detectar el deterioro cognitivo leve, que es un precursor de la demencia, o para detectar la depresión, que puede ser más sutil entre los adultos mayores,
- Tomar varios medicamentos: Más de un tercio de los adultos mayores de 62 años toman por lo menos cinco medicamentos recetados. Más del 60% usan algún tipo de suplemento alimenticio o a base de hierbas. Cuantos más medicamentos tomes, las probabilidades de sentir una interacción entre medicamentos serán más altas. Un geriatra puede revisar todos los medicamentos y determinar cuáles necesitas de verdad y cuáles puedes dejar de tomar.
- Estar hospitalizado. Las investigaciones demuestran que a los adultos mayores atendidos por un geriatra mientras están hospitalizados les va mejor después de que los dan de alta del hospital. Según un estudio de University of Michigan, las personas de 65 años o más a quienes visitaron un geriatra mientras estaban hospitalizados debido a una lesión traumática —como una costilla fracturada, un traumatismo craneal o una fractura— pudieron reanudar unos dos tercios adicionales de sus actividades cotidianas.