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En la madrugada del sábado 24 al domingo 25 de octubre, los relojes se retrasaron una hora –a las 3:00 volvieron a ser las 2:00– en un cambio de hora marcado por la pandemia del coronavirus. Así, las consecuencia físicas y emocionales que esta modificación horario produce en nosotros pueden volverse más acusadas por las secuelas del coronavirus y la situación derivada de este. Al mismo tiempo, la reducción en las horas de luz puede facilitar el recogimiento social que ayudaría a controlar los contagios.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demanda de servicios de salud mental ha aumentado en la mayoría de los países con motivo del Covid-19. La incertidumbre, el miedo y el aislamiento social han sido una constante en los últimos meses debido a la crisis sanitaria del coronavirus y a las restricciones derivadas necesarias para ponerle freno.
El hecho de que amanezca y anochezca antes, parece una alteración mínima a simple vista que, sin embargo, afecta a nuestra rutina y a nuestro estado anímico. Así, las personas más sensibles al cambio, niños y personas mayores de 65 años, serán los más vulnerables a los posibles efectos adversos.
Las consecuencias de este cambio de hora, y de la reducción de las horas de luz, pueden ir desde problemas digestivos a otras alteraciones en la conciliación del sueño, así como cambios de humor, irritabilidad o falta de concentración. Síntomas que se agravarían con motivo del aislamiento social y el bajo estado anímico derivado de la difícil situación actual. Por este motivo, dentro de su protocolo de seguimiento, desde Atenzia, empresa especializada en el ámbito social y de la salud, ofrecen una serie de recomendaciones a sus usuarios para evitar minimizar las consecuencias que este cambio puede tener en su estado anímico.
Medidas como evitar las siestas hasta que nuestro cuerpo se acostumbre o realizar una correcta higiene del sueño con un ambiente propicio para el descanso y la práctica de deporte que favorezca la conciliación del sueño, serán fundamentales para reducir el impacto. Otras recomendaciones como evitar el consumo de bebidas estimulantes y optar por cenas ligeras también permitirán adaptarnos a un cambio de hora atípico.