Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorEn verano se recomienda extremar las precauciones con alimentos a base de huevo para evitar la salmonelosis, una de las enfermedades de transmisión alimentaria que más se registran. Un hecho que nos debe mantener alerta durante el resto del año, no solamente en época estival.
En situaciones de altas temperaturas o en las que la preparación recibe más calón, las probabilidades de contraer estas afecciones son mayores. Tomar precauciones al adquirir, transportar, almacenar y preparar los alimentos para su consumo es fundamental.
La salmonesosis se caracteriza por tener unos síntomas relativamente leves y los pacientes se recuperan sin tratamiento específico. Generalmente se caracteriza por fiebre alta, dolor abdominal, diarrea, náusea y, a veces, vómitos. Para José Carlos Vicente, director de Salud Pública y Adicciones de Murcia, hay ciertas medidas de prevención y prácticas básicas que nos ayudarán a evitar contraer salmonelosis como pueden ser la cocción completa de algunos alimentos, extremar la higiene personal y mantener una buena limpieza en los espacios donde se cocina.
En este sentido el doctor ha remarcado que la higiene de manos es muy importante y da algunas indicaciones como lavar con agua, abundante jabón y un cepillo de uñas antes de comenzar a manipular alimentos, después de ir al aseo y siempre que sea necesario.
Entre otras medidas preventivas es aconsejable acudir siempre a los cauces comerciales sujetos a un control sanitario periódico y se recomienda aislar los alimentos, antes de guardarlos en el frigorífico, con aluminio o plástico de uso alimentario, tarteras o similares; así como no situar juntos los crudos y los cocinados. Además, los alimentos ya cocinados deben situarse siempre por encima de los crudos como carnes o pescados, con el fin de que estos, en caso de que goteen, no contaminen a los recién hechos.
Otra precaución para tener en cuesta es en qué fecha se han comprado, para utilizar antes los que lleven más tiempo en el frigorífico o despensa. Además, se recomienda no guardar los alimentos cocinados más de 3 o 5 días, y enfriar rápidamente después de su preparación los que no precisen cocinado tales como ensaladillas, marinados o ensaladas si no se van a consumir de inmediato.
Es necesario tener especial cuidado con salsas que lleven huevo y con las mayonesas, ya que son alimentos frecuentemente implicados en la aparición de este tipo de enfermedades, debido a que constituyen un sustrato ideal para el crecimiento de salmonella.
La temperatura máxima de conservación de este tipo de alimentos debe ser de 8 grados hasta el momento de su consumo y nunca hay que dejarlos a temperatura ambiente. El plazo máximo de conservación es de 24 horas a partir de su elaboración.