El verano ya está con nosotros y muchos tenemos planificado viajes para realizar con nuestros amigos o familiares. Buscamos desconectar unos días y alejarnos de la rutina diaria. El hecho de pasar las vacaciones con personas con demencia conlleva una serie de desafíos y cuidados especiales que debemos tener muy en cuenta para que estos días de descanso sean lo más agradables posible, tanto para ellos como para nosotros.
Es importante entender las necesidades de las personas con demencia y lograr que se sientan seguros durante el viaje. Para ello, la doctora María Herrera, jefa de los servicios de Geriatría y de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Infanta Elena, perteneciente al grupo Quirónsalud, nos ofrece una serie de claves que debemos tener muy presentes.
PREGUNTA.- ¿Cuál es la prevalencia de la demencia senil en España?
RESPUESTA.- Ya no se llama demencia senil. Hay diferentes tipos de demencia: vascular, alzhéimer, entre otros. La prevalencia de la demencia en España es un tema de gran importancia debido al envejecimiento de la población. Según los datos disponibles hasta 2023, se estima que aproximadamente el 7-8% de las personas mayores de 65 años en España padecen algún tipo de demencia, siendo la enfermedad de alzhéimer la forma más común.
Esto se traduce en alrededor de 800.000 personas afectadas por la demencia en todo el país. La prevalencia aumenta con la edad, afectando a más del 20% de las personas mayores de 80 años.
Además, se espera que estas cifras continúen en aumento en las próximas décadas debido al envejecimiento progresivo de la población. Este panorama resalta la necesidad de mejorar los servicios de atención y apoyo para las personas con demencia y sus familias, así como de promover la investigación y la educación en este campo.
P.- ¿Para ellos es bueno viajar o es contraproducente?
R.- Es bueno viajar siempre que lo hagan en familia o con amigos conocidos con los que se sientan seguros y a gusto, el viaje no sea estresante, ni ellos tengan que cargar con el cuidado de nietos.
El viaje siempre es un buen momento para hablar con los mayores, mantener buen vínculo con ellos, que nuestras abuelas nos puedan contar cómo hacían algunas recetas o cómo viajaban ellas. Las personas con demencias leves y moderadas todavía pueden mantener algún tipo de conversación de este estilo y el momento del viaje, con tiempo suficiente, puede ser muy enriquecedor para toda la familia.
Las personas con demencia leve pueden viajar sin problema acompañadas de familia o amigos conocidos. Y siempre con su medicación bien ajustada y tranquilas, aunque probablemente el día del viaje se puedan desorientar algo.
Las personas con demencia severa no deben cambiar tanto la ubicación porque los síntomas confusionales pueden ser graves.
P.- ¿Qué precauciones debo tomar de cara al viaje? ¿Y en el destino?
R.- Ir siempre con gente conocida, mantener las mismas rutinas y el mismo horario en la medida de lo posible, llevar su medicación y un informe médico actualizado por si hubiera que acudir a otro hospital.
En cuanto al destino, que sea tranquilo, sin temperaturas extremas. Además, se debe tener cuidado con cargar a los abuelos con algo de demencia del cuidado de niños o de mascotas en verano, ya que esto puede estresar y empeorarlo.
También hay que revisar bien el siguiente domicilio u hotel, tener cuidado con las alfombras de los pueblos, con los corrales, animales, etc. En los hoteles, precaución con las escaleras, maletas con ruedas, cintas mecánicas en aeropuertos o estaciones, etc, para que no se caigan. Las caídas pueden ser fatales y arruinar unas vacaciones, y es uno de los principales síndromes geriátricos.
P.- ¿Hay alguna manera de tranquilizarlos de cara al cambio de rutina?
R.- Estar presentes, hablarles siempre con voz tranquila, reorientar siempre que se pueda, pero sin regañar ni llevar la contraria, mantener comidas que les gusten y una buena hidratación.
También es bueno aprovechar para hablar con ellos de recuerdos antiguos en los que las demencias se manejan bien: cómo eran de niños, la vida en el pueblo cuando ellos eran pequeños, las comidas... todos esos recuerdos son bonitos, nos enriquecen mucho, ayudan a mantener un buen vínculo con nuestro abuelo con demencia, y ellos se sienten cómodos en esas conversaciones.
P- ¿Hay algún caso en el que sea mejor no viajar?
R.- Con demencias severas y con dependencia severa y trastornos de conducta asociados. No hay que olvidar la demencia severa y la dependencia en verano, es importante mantener visitas frecuentes, en la medida de lo posible, entre los familiares.
Sobre el autor:
Stefano Traverso
Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.