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Por primera vez en la historia la Iglesia cancela el besapiés al Cristo de Medinaceli. Este año el ritual no puede llevarse a cabo porque el Arzobispado de Madrid ha pedido a los creyentes que aguardan fuera de la basílica, en muchas ocasiones durante días, que se abstengan de posar sus labios en la imagen del Nazareno. La pandemia y consiguiente alerta mundial por el coronavirus ha impedido a los feligreses llevar a cabo el ritual por el que llevan esperando durante todo un año.
Además, en su comunicado, el arzobispado, que sigue así las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, ha incluido la fotografía de una mujer haciendo el gesto de besar los pies de la imagen tachada de un lado a otro por una cruz roja para hacer aún más explícita la prohibición.
Si hay una tradición católica realmente arraigada en Madrid esa es la de la devoción del besapiés al Cristo de Medonaceli. Su origen es incierto porque durante mucho tiempo la imagen peregrinó por España y fuera de ella, pero ya existen fotografías con colas de personas que se formaban ante la imagen en 1919. Sin embargo fue a partir de situar la imagen en la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, en el año 1939, cuando la tradición comenzó a tomar forma.
Cada año el primer viernes de marzo, desde la media noche y durante 24 horas se abre la Basílica para que los fieles que hacen cola, muchas veces de más de varios días en una fila inacabable, fuera de ella, vayan pasando para venerar la imagen de Jesús de Medinaceli, besarle los pies y pedir tres deseos de los cuales solo uno verán finalmente cumplido.
Tan arraigada esta la tradición que algún miembro de la Familia Real acude cada año a este acto para ofrecer una oración frente a la imagen de Jesús de Medinaceli.