Que la pandemia de covid ha afectado a la lucha contra el cáncer en el ámbito hospitalario y asistencial es una realidad innegable. Los datos dejan poco lugar para las dudas. El número de nuevos pacientes diagnosticados de cáncer bajó un 21 % durante el confinamiento, dos de cada diez personas que padecen cáncer en España podrían no haber sido diagnosticados como consecuencia de la pandemia. Se trata de más de un 20 % que los expertos cuantifican en torno a las 40.000 y 50.000 personas.
El número de pacientes atendidos durante la primera ola en los servicios de radioterapia descendió un 9%, en las pruebas diagnósticas se observó un descenso en la realización de biopsias de hasta un 41%, una disminución del 57% de la actividad diagnóstica en citologías y el algunos casos se suspendieron cirugías.
Pero, ¿cual ha sido la repercusión del coronavirus en la investigación científica contra esta enfermedad que cada año se cobra la vida de más de 110.000 españoles?
Primera ola: "Laboratorios literalmente cerrados"
El doctor Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) no duda cuando le preguntamos por el impacto de la pandemia en la investigación sobre el cáncer que "el fenómeno covid, igual que ha paralizado al país también ha afectado a la investigación. Por lo que al diagnóstico se refiere, especialmente durante la primera ola, los laboratorios estaban literalmente cerrados. Con respecto a la investigación clínica también es indudable que hubo unos meses de parálisis, especialmente en el sentido de que algunos estudios y ensayos clínicos pararon su reclutamiento hasta, lógicamente, poder con seguir condiciones de seguridad, porque esa seguridad es absolutamente prioritaria en la asistencia, pero especialmente en la investigación".
El presidente de SEOM, Álvaro Rodríguez Lescure. Foto: SEOM
No obstante, matiza que todo esta de nuevo en marcha: "Como ya he dicho, paró el reclutamiento en muchos estudios, por eso en algunos hubo que hacer enmiendas y acotaciones para facilitar el trabajo, si bien es cierto que unos meses después se reabrieron. Y también es verdad que durante ese tiempo no se iniciaron nuevos programas de investigación cínica. Pero en cualquier caso, igualmente se han reabierto y seguimos en marcha aunque, evidentemente, con muchísimas dificultades porque es fundamental generar entornos de seguridad para los pacientes".
Desde la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), su presidente, Xavier Matías-Guiu, nos explica que la repercusión en este aspecto no parece haber sido demasiado grande po9rque "se ha seguido investigando y trabajando sobre el cáncer, pero en los laboratorios y los institutos se han tenido que adoptar también medidas de teletrabajo y de control de aforo lo que ha hecho disminuir la presencia de investigadores en estos centros".
Pero una vez más los investigadores y científicos de nuestro país han vuelto ha hacer de la necesidad virtud. "Quien más quién menos, hablo por mi grupo, se ha adaptado a las circunstancias. Cuando haces un proyecto de investigación hay una buena parte de trabajo con bases de datos, de estadística, de redactar artículos y a esa es a la que nos dedicamos preferentemente durante la fase aguda de la pandemia. La gente no ha estado parada en ningún momento aunque, evidentemente, ha habido un impacto porque tienes que hacer mucho trabajo de laboratorio para el que la presencialidad estaba más complicada por el control de aforos y demás", aclara el doctor Matías-Guiu.
A nivel de financiación, aclara el presidente de la SEAP "que las convocatorias han seguido su rumbo, por ejemplo las que ya estaban convocadas cuando empezó esto. No me ha parecido que se hayan ralentizado aunque sí han aparecido convocatorias especiales sobre covid pero no he notado disminución en esto aunque lo cierto es que no estamos en un país muy boyante con el tema de la financiación"
Por su parte, la doctora Carmen Álvarez Domínguez, directora del Grupo de Investigación en Nanovacunas y Vacunas Celulares del Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla de Cantabria (IDIVAL), que investiga el campo de las nanovacunas antitumorales explica: "En mi equipo ya teníamos los fondos conseguidos para investigar al iniciarse la pandemia, con lo que la financiación no ha sido un problema para nosotros. El verdadero problema con que nos hemos encontrado ha sido la citación de pacientes. Con los pacientes de cáncer de los que habíamos conseguido obtener muestras y citar antes de la pandemia todo ha ido perfecto, pero con la covid ha sido imposible obtener muestras ni tan siquiera de sangre de nuestros pacientes porque ellos mismos también han dejado de ir a consulta".
Además, añade la doctora, "nos consta que aunque pospusieron un poco las intervenciones, los compañeros de cirugía sí han conseguido volver a citar, pero la realidad es que a nosotros nos ha sido imposible conseguir muestras oncológicas".
La doctora Carmen Álvarez Domínguez con su grupo de investigación en el IDIVAL. Foto: (IDIVAL)
La lucha continúa
Desde la patronal Farmaindustria aseguran que "la lucha contra el cáncer no se ha detenido por el coronavirus y cuatro de cada diez nuevos medicamentos en fase de investigación son antitumorales. Aun en los meses más duros de la pandemia, las compañías farmacéuticas han seguido impulsando estudios para dar alternativas terapéuticas a los pacientes de cáncer".
De hecho, los registros oficiales demuestran que la investigación para vencer al cáncer no cesa. A pesar de la pandemia, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha continuado autorizando ensayos clínicos de medicamentos, en especial oncológicos. Según los datos del Registro Español de Estudios Clínicos (REEC), se ha dado luz verde a un total de 698 ensayos, de los cuales cerca del 40% se enmarcan en el área de oncología y un 20% son para enfermedades infecciosas -aquí se concentra el impulso a la I+D contra la Covid-19-, seguidos de los ensayos para patologías del sistema nervioso central, cardiovasculares y enfermedades raras o poco frecuentes.
Aun en los meses más duros de la crisis sanitaria, las compañías farmacéuticas han abierto nuevos ensayos clínicos para los pacientes oncológicos, cuando era la única alternativa terapéutica para ellos. “Es importante destacar el compromiso que durante estos meses han seguido manteniendo los investigadores en el reclutamiento de pacientes con cáncer, en un entorno adverso e inédito para la práctica clínica, lo que ha permitido a los laboratorios seguir adelante con los ensayos clínicos en marcha”, afirma la responsable de la Plataforma de Medicamentos Innovadores de Farmaindustria, Amelia Martín Uranga, antes de añadir que “el coronavirus no ha venido a sustituir a otras áreas terapéuticas en investigación biomédica, sino para sumarse a ellas. La investigación no se puede parar”.
"No se está olvidando al cáncer"
"Nosotros hemos tenido la suerte de conseguir un poquito más de fondos para investigar recogiendo muestras de enfermos de covid y estudiar de qué manera les influye la enfermedad a los pacientes oncológicos. El problema ahora va a ser citarlos y que vengan, será arduo y difícil", explica la doctora Carmen Álvarez Domínguez, antes de aclarar que "no creo que se esté metiendo dinero a espuertas contra la covid olvidando el cáncer. Las asociaciones contra el cáncer han estado luchando muy duramente por eso y sus programas nacionales no han variado, a pesar de que es cierto que se ha dedicado mucho dinero a la covid y muchos de los investigadores que se han dedicado a trabajar con covid lo han hecho por intentar conseguir algo más de fondos para su trabajo aparcando un poquito las investigaciones sobre el cáncer que tenían en marcha".
En el caso del Grupo de Investigación en Nanovacunas y Vacunas Celulares deIDIVAL, parte de ese dinero destinado a luchar contra la pandemia también les ha llegado a ellos porque "hemos ampliado el campo. Nosotros trabajamos en las dos vertientes, la oncológica y la infecciosa, y nos interesa ver si la nanovacuna que estamos desarrollando podría ayudar también a los pacientes con covid. Para ello, colaboramos con un grupo de matemáticos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) para desarrollar un péptido (compuesto formado por la unión de aminoácidos) que se pueda emplear con pacientes oncológicos para protegerlos de la covid".
Se mantienen los objetivos
Por contra, aclara la doctora Álvarez, "los que lo llevan peor son los investigadores más jóvenes porque ha habido muchos retrasos en las convocatorias de recursos humanos y una vez adjudicadas las plazas retrasos también a la hora de incorporarse a ellas. Y es cierto, han existido retrasos, pero esto se debe a que toda la administración ha funcionado con retraso, pero eso solo se puede achacar a que la covid ha retrasado absolutamente todo en nuestras vidas".
Los más perjudicados por esto son en consecuencia los jóvenes que se están encontrando con un serio obstáculo adicional a su ya de por sí complicada labor. "Yo tengo un estudiante predoctoral con el que estuvimos tres meses de parón total y finalmente su contrato no se va a prorrogar. El año que viene cuando acabe, se acabó, no le van a dar los tres meses que ha perdido por la covid y eso sí que ha perjudicado mucho a todo el personal joven contratado con un tiempo límite. Esto paraliza, por desgracia, la investigación y el trabajo de toda esa gente joven", se lamenta Carmen Álvarez Domínguez.
En cualquier caso, no deja de haber un espacio para el optimismo a pesar del obstáculo que supone la pandemia. "La covid supone el parón de muchas cosas, es cierto, pero soy optimista a la hora de pensar que se puede alcanzar el objetivo propuesto por la AECC de lograr un 70% de supervivencia global frente al cáncer en 2030. Se está trabajando mucho para lograrlo", apunta la doctora Álvarez.
El medicamento oncológico como inversión
"Aunque queda mucho camino por recorrer, es innegable que el continuo desarrollo de nuevos y más eficaces tratamientos, así como de nuevos usos de fármacos ya existentes o nuevas formas de prevención, han ampliado las opciones terapéuticas en oncología", aseguran en Farmaindustria.
La patronal de la industria farmacéutica se muestra convencida que "los recursos destinados a la atención oncológica no deben ser vistos tanto como un gasto, sino como una inversión que genera un retorno mucho mayor para el paciente y para la sociedad en su conjunto".
Y es que, mantienen desde la patronal, que el dinero invertido en la investigación oncológica repercute directamente en "un aumento de la esperanza de vida y de la calidad de los años vividos. También implica el ahorro de otros recursos sanitarios derivados de la utilización de los medicamentos innovadores y aumento de la riqueza económica asociado a las ganancias de productividad o reducción del absentismo, que consigue la administración de estos fármacos. Todos estos son beneficios con una traducción directa en forma de contribución al PIB y al crecimiento económico".