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Los comportamientos de movimiento diarios, que abarcan el comportamiento sedentario, la actividad física moderada y vigorosa (AFMV) y la actividad física de intensidad ligera, durante la mediana edad son clave para un buen rendimiento cognitivo, según una investigación publicada en el 'Journal of Epidemiology & Community Health'. Desde la memoria de trabajo y los procesos mentales hasta la planificación y la organización son los aspectos cerebrales más afectados.
Mantener una actividad física ligera de en torno a 6-7 minutos o tener una conducta sedentaria todos los días, repercute directamente en una productividad cognitiva baja.
Datos oficiales del estudio
La investigación está compuesta por participantes del Estudio de Cohorte Británico de 1970, de personas originarias de Inglaterra, Escocia y Gales, y seguidos su AFMV durante la infancia y la edad adulta.
Durante los años 2016 - 2018, 8.581 participantes de en torno a los 46-47 años, se les realizaron mediciones biométricas y completaron cuestionarios de su historial sanitario y estilo de vida, en ese mismo momento, aceptaron usar un acelerómetro (rastreador de actividad) por 7 días. Finalmente, 5.622 personas utilizaron el rastreador de forma correcta y este mostró que los participantes registraron de media 51 minutos de AFMV, 5 horas 42 minutos de actividad física ligera, 9 horas 16 minutos de comportamiento sedentario y 8 horas 11 minutos de sueño, durante las 24 horas del día.
Las pruebas cognitivas que realizaron estuvieron orientadas en la memoria verbal (tareas de recuerdo de palabras inmediatas y retrasadas con listas de 10 palabras durante 2 minutos) y en la función ejecutiva (fluidez verbal y velocidad en el procesamiento).
Conclusiones de la investigación
El análisis concluyó con un total de 4.481 participantes, de los cuales el 52% eran mujeres, un 68% de los sujetos eran bebedores ocasionales o de riesgo y la mitad nunca había fumado.
El estudio determinó que el tiempo empleado en AFMV en relación a la actividad física ligera y el tiempo de sueño, resultó positivo en el aspecto cognitivo tras los ajustes de educación y de actividad física ocupacional. Sin embargo, el ajuste complementario para el estado de salud atenuó las asociaciones.
Los investigadores reasignaron el tiempo a los participantes y con tan solo 9 minutos de actividades vigorosas con otras más sedentarias, la cognición de los individuos presentó una mejora del 1,31%, una propensión positiva que se volvió aún más visible con mayores reducciones de tiempo en la conducta sedentaria.
Sin embargo, el comportamiento sedentario en relación con el tiempo de sueño, especialmente de 56 minutos, y alrededor de 37 minutos de actividad física ligera, también se vincularon positivamente con el rendimiento cognitivo a través de ocupaciones estimulantes para el cerebro como la lectura o el trabajo. De esta forma, la función ejecutiva se vió más reforzada que la memoria.
En este sentido, los participantes que reemplazaron 8 minutos de AFMV por actividades sedentarias o por 6 minutos de actividad física de intensidad ligera o incluso, por 7 minutos de sueño, repercutió en una bajada de 1-2% en la clasificación cognitiva.
El papel que desempeña la actividad física en el apoyo a la cognición es muy importante dado el, cada vez más notorio, deterioro cognitivo vinculado a la edad. En relación con el tiempo dedicado a otros comportamientos, una mayor AFMV se asoció con puntuaciones cognitivas más altas. La pérdida de tiempo en el mismo, dada su menor cantidad relativa, parece más perjudicial. "Este método sólido corrobora un papel fundamental de AFMV en el apoyo a la cognición, y se deben hacer esfuerzos para reforzar este componente del movimiento diario", declaran los creadores del estudio.