Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorLa irrigación bucal es una técnica de higiene bucodental que permite una limpieza profunda de la cavidad oral. Consiste en la aplicación de agua u otra solución a presión sobre los dientes y las encías, tal y como indica el Consejo General de Colegios de Dentistas de España (@CNSJ_Dentistas). Esta técnica es un complemento ideal del cepillado dental porque ayuda a eliminar la placa bacteriana depositada en zonas de difícil acceso como el borde de las encías, el espacio interdental y la superficie de los dientes. Los irrigadores bucales proporcionan una mejora de la salud de las encías y está clínicamente probado que en combinación con el cepillado manual consiguen una eficacia superior en la mejora de la salud gingival respecto a usar solamente el cepillo manual y a la seda dental.
Los impulsos y la presión son los mecanismos clave de la acción de un irrigador bucal. Esta combinación produce fases de compresión y descompresión del tejido gingival para eliminar el biofilm o placa dental y acabar con las bacterias y otros residuos, así como para estimular el tejido gingival. Debemos tener en cuenta que un dispositivo de impulsos es tres veces más eficaz que un irrigador con chorro continuo.
Además, el irrigador dental es una alternativa eficaz al uso del hilo dental para aquellas personas que no lo usan o que no pueden hacerlo, ofreciendo reducciones significativas en el sangrado, la gingivitis y la placa.
Según los expertos el irrigador dental es un dispositivo seguro y eficaz para mejorar y mantener la salud bucal de cualquier persona y es especialmente útil para personas con un interés por una máxima sensación de limpieza y frescor, un elevado nivel de placa bacteriana, encías delicadas o inflamadas, gingivitis o periodontitis, aparatos de ortodoncia, coronas o implantes, y diabetes.
Una serie de estudios han evaluado la utilización del irrigador dental en pacientes con aparatos ortodónticos, demostrando una reducción significativamente mayor en el biofilm y la inflamación. Asimismo, debido a que los pacientes con diabetes tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades periodontales en comparación con los pacientes sin diabetes, el control eficaz de la placa bacteriana es esencial para ellos.
-Consigue una mayor eliminación de placa bacteriana, evitando la aparición de caries y otras afecciones bucales.
-Reduce el sangrado y mejora la salud de las encías.
-Controla la inflamación de las encías y la gingivitis.
-Permite una limpieza y cuidado de coronas, implantes y aparatos de ortodoncia fija.
-Permite un mejor cuidado en personas con necesidades especiales de higiene bucal.
-Mayor sensación de limpieza y frescor de la cavidad bucal.