Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEl lumbago es el dolor de la zona baja de la espalda, situada entre las últimas costillas y la zona glútea, causado por alteraciones en las diferentes estructuras que forman la columna vertebral. Aproximadamente, el 85% de la población va a sufrir este tipo de dolor en algún momento de su vida, siendo la inmensa mayoría de las veces de causa benigna, tal y como indica la Sociedad Española de Reumatología.
Cuando el dolor sobrepasa la zona lumbar y llega hasta los miembros inferiores hablamos de dolor lumbar irradiado. Si el dolor se extiende desde la región lumbar hasta el talón o el pie, descendiendo por la parte posterior o lateral del muslo es ciática y su presencia sugiere una lesión de las raíces nerviosas que salen de la columna lumbar. Pero si este dolor no supera la región de la rodilla no debería hablarse de ciática y su causa no suele ser la lesión de las raíces nerviosas.
Un ataque agudo de lumbago puede aparecer por un esfuerzo intenso y durar unos dos o tres días. Sin embargo, algunas señales pueden indicar que existe una causa más seria. Una escoliosis, padecer hernias discales, un estrechamiento del canal lumbar o una contractura por malas posturas pueden causar lumbago. Las personas mayores de 60 años son más propensas a sufrir un dolor provocado por la degeneración de las articulaciones (tales como la artrosis o la estenosis vertebral) o por una fractura. Por ello, el primer paso para aliviar el dolor de manera eficaz es identificar los síntomas y diagnosticar correctamente la causa de fondo.
Generalmente, el dolor por lumbago dura un plazo de tiempo determinado entre un pare de días y 3 semanas, excepto algunos casos que se cronificarán y requieren asistencia médica continuada. La prevalencia de la lumbalgia puntual en la población adulta es de 14.8%, siendo la probabilidad de padecer un episodio en 6 meses del 44.8%; y la prevalencia de la lumbalgia crónica es del 7.7% tal y como indica la Sociedad Valenciana de Reumatología.
En cualquier caso, si el dolor se alarga, es conveniente realizar una correcta exploración física para descartar otras patologías graves (como por ejemplo neoplasias, osteomielitis, fracturas vertebrales, síndrome de la cauda equina, estenosis del canal lumbar, espondiloartropatías, etc.). En este sentido, los especialistas hablan de determinados signos de alarma que puede presentar la persona lumbalgia y que podrían relacionarse con el desarrollo de alguna enfermedad más grave. Por ello es conveniente ampliar el estudio, y descartar posibilidades.
Debemos prestar atención si tenemos incontinencia fecal, incontinencia urinaria o una retención aguda de orina para descartar el “síndrome de la cauda equina” o cola de caballo, que comprime las raíces más bajas de la médula espinal produciendo debilidad en las extremidades inferiores.
Una artritis reumatoide podría estar detrás de las décimas de fiebre que acompañan al dolor lumbar, mientas que la rigidez matutina podría indicar una artritis psoriásica o una enfermedad intestinal crónica. Además, algunas enfermedades del sistema endocrino, como el hipotiroidismo, también presentan dolor lumbar.
El herpes zoster, por su parte, aparece con un dolor sobre los riñones, porque afecta las fibras nerviosas y la piel, que causa un dolor que dura mucho tiempo después de que el sarpullido y las ampollas han desaparecido.
Por otro lado, si el problema está en el riñón, por piedras o infección renal, también nos puede provocar dolor en la zona lumbar.
Hablamos de lumbalgia aguda si dura menos de 6 semanas, y lumbalgia crónica cuando la duración del dolor es superior a este periodo. Por todo ello, si el dolor se alarga más de tres meses es indicativo de que existe un segundo problema de fondo que conviene ser analizado en profundidad.