Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorSegún datos de la Organización Mundial de la Salud, los casos de cáncer de piel están creciendo más rápido que cualquier otro tipo. Un aviso que se traduce en más de 132.000 melanomas diagnosticados al año, y más de 3 millones de casos de cáncer de piel no melanoma. Unas cifras que son altas a pesar de ser el tumor más prevenible, y que cuando se detecta y trata a tiempo, tiene buen pronóstico.
Por todo ello los dermatólogos insisten en la importancia de aplicar medidas de prevención, como una buena crema solar junto a la vigilancia de la piel detectando a tiempo lunares o manchas que pueden resultar sospechosas.
Esta detección tiene el nombre de “autoexploración” y se trata de un método importante a la hora de diagnosticar un cáncer ya que un órgano superficial es más fácil poder detectar cualquier anomalía. Y es que los cambios pueden ir desde la aparición de una nueva lesión (lunar, mancha, costra…), hasta variaciones de una que ya existen como el cambio de tamaño, color o forma de un lunar.
El melanoma es un tipo de cáncer de piel pero que puede presentarse de forma muy variada al existir diferentes tipos de cánceres dermatológicos. Por ejemplo en el caso de los carcinomas, destaca la aparición de manchas que se descaman o úlceras que no cicatrizan.
Aun así la ciencia ha elaborado un sistema con el que determinar las lesiones que con mayor frecuencia producen los melanomas. Son las reglas del A,B,C,D que ha plasmado la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en la imagen de más abajo.
A: Asimetría
B: Bordes irregulares y con picos.
C: Color variado, no homogéneo. Por ejemplo: del marrón claro al negro.
D: Diámetro mayor de 6 mm.
E: Evolución. Cambio de aspecto en cuanto a tamaño, color o espesor.
Con esta regla aprendida podremos comenzar la autoexploración. La recomendación más extendida es explorar la piel una vez al mes sin olvidar ninguna parte del cuerpo, incluido el cuero cabelludo, en una habitación bien iluminada. Para ello nos podemos ayudar de un espejo de cuerpo entero, uno de mano, una silla y un taburete.