Salud

Solo el 14% de la población mundial tiene acceso a un servicio de cuidados paliativos

Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Domingo 5 de enero de 2020

ACTUALIZADO : Jueves 23 de julio de 2020 a las 13:36 H

6 minutos

Es una atención especializada y necesaria para aquellos pacientes en sus últimos momentos de vida

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Victoria Herrero

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Domingo 5 de enero de 2020

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Según la Universidad de Navarra (@unav), gracias a un estudio realizado en colaboración con la Universidad de Glasgow (@UofGlasgow), solo el 14% de la población mundial puede acceder a un servicio sanitario de cuidados paliativos. Nos referimos a una atención de salud que se dedica a ayudar a pacientes terminales a vivir con dignidad y conseguir el mayor bienestar posible en sus últimos momentos. Algo que se contempla y está reconocido en el contexto del derecho humano a la salud.

Es decir, estas pautas ni adelantan ni retrasan el momento mismo del fallecimiento, sino que se centran en respetar sus deseos y derechos en esos últimos días o semanas, pero sobre todo en mitigar el dolor de estas circunstancias. Previenen y alivian ese sufrimiento gracias a la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento de dicho malestar. Una dolencia que no solo se queda en un plano físico, sino que también es extensible a un área psicosocial y espiritual

"Nuestra investigación muestra cuánto queda por hacer en este campo", explican los profesionales que han tomado parte de esta investigación realizada en unos 200 países. De esta cifra, apenas una treintena ofrece dicha prestación como parte de los sistemas sanitarios y sociales, de ahí que los expertos reclamen a nivel internacional el fortalecimiento de estos cuidados paliativos. Algo especialmente necesario, confirman, en aquellos países en vías de desarrollo. Sobre todo si tenemos en cuenta, como apuntan en este informe, la siguiente previsión: en el año 2060 habrá un incremento del 87% "en el sufrimiento relacionado con enfermedades graves, y por tanto, en la necesidad de cuidados paliativos".

Pero en este caso no solo se habla de la situación de estas personas, sino de la realidad que viven sus familiares o personas del entorno. Y es que cuidar de pacientes que están al final de la vida supone una carga física y emocional, especialmente para los encargados de atenderles y brindarles esos cuidados esenciales. Además, estos servicios también resultan útiles a la hora de ayudar a esas personas en los momentos posteriores a la muerte, con el duelo por ese ser querido que acaba de morir.

Solo el 14% de la población mundial tiene acceso a un servicio de cuidados paliativos

La realidad en nuestro país

En Europa, más de la mitad de los países cuentan con este sistema de cuidados paliativos como parte de la sanidad pública y España se encuentra entre ellos, en el mismo nivel que otras naciones como Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia o Corea del Sur. Una situación bien distinta, como certifican en este informe, de la que se vive en países como República Democrática del Congo, Guinea-Bissau, Mali, Cuba, Irak, Somalia, Siria, Yemen o Corea del Norte, entre otros muchos. 

En España existe una red, de cerca de 260 servicios especializados, para atender a las más de 200.000 personas que cada año mueren en nuestro país con necesidad de esos cuidados paliativos. Por delante hay países como Reino Unido, Francia, Polonia, Italia o Rusia, que ofrecen una mayor cobertura en este sentido y gracias a la cual, como recuerdan estos expertos, se puede mejorar la calidad de vida de estos paciente. Una atención que también se manifiesta a nivel presupuestario, ya que se produce un ahorro de un 30%, aproximadamente, en las arcas sanitarias públicas. Sobre todo, cuando esos cuidados se ofrecen en el mismo domicilio.

Cuidados paliativos

Despedirse en el hogar

La muerte en el hogar suele ser más frecuente en el medio rural, pero cada vez son más los españoles (más de la mitad en los últimos años) los que muestran su deseo de no terminar sus últimos días en la cama de un hospital o una residencia.

Y es que la realidad en nuestro país todavía sigue siendo esta última, para comodidad de los familiares de esa persona enferma y especialmente cuando es la mujer la que fallece. “Esto puede ser porque la mujer suele ser la cuidadora. El hombre tiene quien lo cuide en casa y las mujeres no tienen el apoyo de un cuidador”, señalan desde el Observatorio de la Muerte del Sistema de Salud de Cataluña (@AQuAScat). Además, esto también responde al tipo de patología, añaden. "Las mujeres padecen más demencias, unas dolencias que, sumadas a la falta de cuidadores, las abocan a las residencias de mayores al final de la vida".

Pero, sin duda, son las desigualdades económicas las que marcan el final de la vida y el lugar en el que esto ocurre. Según esta institución sanitaria, las personas con más recursos tienen mayor capacidad para contar con una ayuda en el mismo domicilio y un servicio de cuidados paliativos. Al contrario que los pacientes con menos dinero, que terminan sus días en un centro sanitario. 

"La gente prefiere morir en su casa, pero ahora mismo no está sucediendo y es algo en lo que hemos de trabajar para mejorar”, explican desde esta entidad, que aboga por esos programas de atención domiciliaria paliativa. Una forma de respetar la decisión de aquellos que quieren pasar ese último instante rodeados de los suyos y en la comodidad (e intimidad) de su propio hogar.

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Victoria Herrero

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