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La otitis media es una de las dolencias más comunes que pueden afectar al oído. Se caracteriza por la inflamación aguda que se produce en el tejido que recubre el conducto auditivo medio y está asociada a algún proceso infeccioso. Es frecuente en niños, pero las personas mayores también pueden sufrirla, en la mayoría de los casos, a consecuencia de otras patologías asociadas como un fuerte resfriado, sinusitis, o un episodio de alergia.
La otitis puede llegar a ser realmente dolorosa e ir acompañada de otros síntomas como dolor de cabeza, fiebre, mareos o malestar general. Además, la Organización Mundial de la Salud (@OMS_es) la incluye como una de las causas adquiridas de sordera temporal.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (@SEORLCCC) explica que el conducto del oído medio, delimitado lateralmente por la membrana del tímpano, en su estado “normal y saludable”, contiene únicamente aíre, que envuelve a la cadena minúsculos huesos que permiten la audición. La inflamación que desencadena la otitis media ocurre cuando, en lugar de aire, en el delicado conducto, hay presencia de fluidos. Aunque suene un poco extraño, la explicación es bastante sencilla teniendo en cuenta que nuestro oído medio está conectado, por la Trompa de Eustaquio, con nuestras fosas nasales. Cuando existe esta presencia de secreciones o mucosidad en el oído se habla de otitis media serosa o secretora.
No todas las otitis son exactamente iguales. También puede darse la otitis externa, que no llegan al oído interno, pero resultar igualmente dolorosas y puede manifestar síntomas similares a la otitis media. Es la más frecuente en los meses de verano, por la humedad que puede acularse en nuestros oídos tras los habituales baños. Después del chapuzón, es importante secarlos bien o incluso utilizar tapones específicos que eviten la entrada de agua si las otitis son frecuentes.
En general, las otitis más severas, las que afectan al oído medio, tienen una evolución favorable una vez que se inicia el correspondiente tratamiento, que puede incluir la toma de antibióticos, o no, dependiendo del tipo de infección que esté provocando la inflación y el resto de la sintomatología.
Aunque las complicaciones no son frecuentes, es importante acudir al especialista ante un dolor de oídos fuerte, que indique una posible otitis, porque en ocasiones sí puede haberlas y llegar a revestir mayor o menor gravedad, dependiendo del virus o de la bacteria que esté causando la infección y también del estado de nuestro sistema inmunológico.
Mienttras tenemos la cita con el especialista, hay una serie de remedios caseros que podemos poner en práctica para aliviar mientras tanto el dolor:
1. Sello de oro
Tiene tres grandes virtudes: desinflama las mucosas, es bactericida y estimula las defensas del organismo. Por eso es adecuada en otitis infecciosas (por bacterias, resfriados...). Se prepara en decocción de una cucharada sopera de la raíz, para tomar de 1 a 3 veces al día, o en extracto seco de 1.000 mg diarios.
2. Jengibre
Sus principios activos (gingeroles) tienen un gran efecto antiinflamatorio, analgésico y descongestionante, y facilitan la expulsión de la mucosidad atrapada en el oído. Se utiliza en decocción de 1⁄2 cm de su rizoma por vaso de agua. Añádele el zumo de 1⁄2 limón. Tómalo 3 veces al día tras las comidas.
3. Perilla
Resulta muy eficaz cuando las otitis son de origen alérgico. Actúa reduciendo los niveles de histamina, que aumentan la inflamación y la producción de mucosidad en el oído. Se recomienda en decocción de las hojas (una cucharada sopera) de 1 a 3 veces al día, o en extracto de 250 a 750 mg diarios.
4. Cúrcuma
Su rizoma tiene propiedades antiinflamatorias y reduce la liberación de histamina. Por sus virtudes depurativas, también protege de los alérgenos que agravan la otitis. La dosis aconsejada es de 350 a 1.000 mg de extracto de curcumina al día. Se debe evitar en caso de piedras biliares.
5. Fumaria
Es una planta con virtudes antihistamínicas y depurativas, que mejora los síntomas de las otitis alérgicas. Se emplea en decocción (1 cuchara sopera rasa), añadiendo un poco de miel y el zumo de 1/2 limón, de 2 a 3 veces al día.
6. Manzanilla y tomillo
"Gotas" para la otitis: este preparado es desinfectante, antiinflamatorio y ayuda a calmar el dolor. Ingredientes: 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen. 1 cucharada sopera de la mezcla de manzanilla y tomillo. Preparación: Cuece a fuego lento los ingredientes 5 minutos. Deja reposar otros 5 y filtra. Aplica 3 gotas en el oído 2 veces al día.