Marco Herrera
Cuídate
Actividades para prevenir la depresión posvacacional
Las vacaciones para "recuperarse" establecen la intención de volver a un punto de partida erróneo
Las vacaciones de verano son una oportunidad para relajarse, pasar tiempo con amigos y familiares y tomar la mayor cantidad de luz solar posible. Lo que significa que la posibilidad de regresar a una oficina un tanto fría (los que aún trabajen) o hacer las tareas del hogar, la compra, lidiar con los nietos, etc, puede hacer que te sientas estresado. Sabemos que necesitamos retomar nuestras tareas cotidianas, pero nos preocupa que nos afecte la tristeza posterior a las vacaciones.
Las vacaciones pueden ser extenuantes a cualquier edad, pero para las personas mayores, viajar, ir de compras o cocinar puede tener un coste mucho mayor de lo que suele tener para adultos de edades medias. Es importante tener en cuenta que el agotamiento a veces se siente como depresión, por lo que los mayores deben programar más oportunidades de tomar una siesta o simplemente descansar un poco. Resolver esto requiere perspectiva y planificación. Entre las recomendaciones de los psicólogos de Sanitas (@Sanitas), encontramos algunas como estas.
Centrarse en relajarse, no en recuperarse
Debemos ser proactivos en la planificación de nuestras vacaciones. Las que se utilizan para "recuperarse" establecen la intención de que volvamos a una situación que provocó la necesidad de recuperación en primer lugar. Esto conduce a la resistencia y puede afectar negativamente los resultados. Utiliza tus días de asueto como una forma de recargar y encender energías.
Comienza lentamente
Regresar a la rutina después de unas vacaciones de verano puede ser difícil cuando te sumerges de nuevo en el día a día. En su lugar, mantén el ritmo y permite que tus quehaceres diarios se recuperen lentamente en lugar de querer llevar de una vez muchas tareas de inmediato. En unas pocas semanas volverás a estar en la vorágine de lo cotidiano y menos deprimido porque le habrás dado tiempo a tu mente para reajustarse.
Planifica un día de transición
Cuando planifiques tu viaje, date un día de transición antes de regresar para lavar la ropa, comprar comida y adaptarte al horario, por ejemplo. Evita comprometerte con tus hijos o allegados mientras estés disfrutando de tu descanso o mirar en exceso el móvil. En tu día de transición, revisa el correo y las llamadas de amigos y familiares pendientes: deshazte de correspondencia innecesaria y prioriza mensajes y llamadas que necesitan respuestas. Esto te llevará lentamente de regreso a la mentalidad del día a día y aliviará el choque de los primeros momentos tras las vacaciones.
Regresa a mitad de semana
Cuando planifiques tu regreso para mediados de semana, existe la oportunidad de ponerte al día con la familia y algunas tareas del hogar, ponerte en contacto con personas importantes como tus hermanos, hijos o nietos y luego tener otro fin de semana a la vuelta de la esquina para estar de nuevo tranquilo. Esto hace que la reincorporación sea más suave y el viaje de vuelta a mitad de semana normalmente más barato.
Crear costumbres saludables
Las vacaciones en muchos casos están llenas de buena comida, ejercicio, lectura, pasatiempos, viajes y actividades que alimentan nuestra energía. De vuelta a lo cotidiano, es fácil dejar todo esto hasta nuestras próximas vacaciones debido a esas tareas, muchas veces autoimpuestas, como levantarse temprano para hacer la compra o recoger a los nietos del colegio. Crea unos límites saludables hacia ti mismo para tener pequeñas actividades que te llenen de energía, sin autoinflingirte el "estoy demasiado ocupado" o el "ya no voy a poder".
Integra el descanso y la relajación en tu rutina
Las vacaciones a gran escala son simplemente una forma en que los se busca un respiro. En lugar de ver las vacaciones como una escapada de una o dos veces al año, crea oportunidades continuas para incorporar el descanso y la relajación a tu rutina normal. Un rato por las tardes de lectura en el parque, ir al cine o al teatro entre semana o simplemente dar un paseo tranquilo. Al encontrar formas creativas y consistentes de cuidar tu bienestar mental, físico y emocional, es menos probable que te sientas mal al regresar.