Victoria Herrero
Cuídate
Llorar nunca había sido tan bueno: beneficios de las lágrimas
Ese momento de desahogo no solo ayuda a liberar tensión, sino que cuida de la salud de nuestros ojos
Lloramos de pena. Sí. Pero también derramamos lágrimas cuando sentimos felicidad o cuando tenemos un momento divertido que nos desborda. Y es que llorar, en su justa medida sobre todo si obedece a causas un tanto tristes, es hasta saludable. No solo por esa liberación de tensiones y ese desahogo cada vez que cogemos un pañuelo, sino que, a nivel fisiológico, llorar puede ser muy beneficioso para nuestros ojos gracias a esas lágrimas que empañan nuestra vista.
¿Qué función cumplen las lágrimas?
No solo nos salen cuando lloramos ante un hecho doloroso o por una buena causa. ¿Quién no ha llorado cortando cebolla? Es justo en ese momento cuando se activan esas glándulas lagrimales de los ojos y salen esas lágrimas que nos sirven para proteger nuestra córnea de las agresiones externas. Lo mismo sucede cuando hay un lagrimeo por causa de una ráfaga de polvo, si nos han metido un dedo en el ojo de forma accidental o un pequeño insecto se ha colado dentro de la zona ocular.
En líneas generales, suponen una fuente de hidratación que ayuda a que nuestra vista esté sana.
Eficaz remedio ante un mal momento
"Llorar es un acto de defensa propia contra la acumulación de estrés", dicen investigadores de la Nippon Medical School. Esto viene al hilo de una situación muy común que se observa en los más pequeños. Después de un buen rato de berrinche en el que no han faltado las lágrimas a borbotones, esos niños se quedan en paz y calma. Han liberado toda esa ansiedad y ese nerviosismo que tenían acumulados y que les habían hecho enfadarse. Y es que, si no lo sabías, nuestro sistema lagrimal es un perfecto aliado para mantener a raya nuestro mal humor.
Por si fuera poco, las lágrimas actúan como un analgésico natural ya que ayuda a calmar esas sensaciones negativas, así como el dolor que podamos sentir en ese momento. Pero no solo nos referimos a una molestia física, sino más bien emocional. Ese llanto inconsolable puede ser el primer paso para desahogarnos e ir aceptando la realidad que nos ha llevado a esa situación; por ejemplo, con la pérdida de un ser querido.
En definitiva, si sientes la necesidad de llorar por algún motivo, no lo frenes. A nuestros nietos es importante enseñarles a expresar sus sentimientos, chicos incluidos, ya que no es un signo de debilidad. Si no lo hacemos y reprimimos esas lágrimas lo único que haremos será acumular en nuestro interior una mayor ansiedad y rabia que será difícil de canalizar.