Cuídate

Los beneficios de la parafina en el tratamiento de la artrosis

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Jueves 12 de diciembre de 2019

ACTUALIZADO : Miércoles 19 de mayo de 2021 a las 13:46 H

6 minutos

Su uso terapéutico puede aliviar el dolor y reducir la rigidez articular propia de esta enfermedad

Beneficios de la parafina en el tratamiento de la artrosis
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Jueves 12 de diciembre de 2019

6 minutos

La artrosis es una patología reumática que afecta al 10% de la población general y que supone la cuarta parte del total de consultas que se realizan en esta especialidad médica, según datos de la Sociedad Española de Reumatología (@SEReumatologia).

No es lo mismo que la artritis, porque en la artrosis la causa del dolor está en el desgaste del cartílago que une los extremos de los huesos que forman una articulación, sin que, por lo general, exista inflamación. Dolor, rigidez y pérdida de funcionalidad en la articulación afectada son sus síntomas característicos, que suelen mejorar cuando se está en reposo.

Existen distintos tratamientos para aliviar la sensación dolorosa y la rigidez muscular y articular propia de la artrosis. Junto a los fármacos y la fisioterapia, hay opciones que consisten en utilizar el efecto analgésico que puede provocar el calor aplicado en distintas áreas del cuerpo y una de ellas son los baños de parafina.

Parafina artrosis

¿Cómo actúa la parafina frente al dolor de la artrosis?

La parafina es un aceite mineral, derivado principalmente de hidrocarburos como el petróleo, que posee propiedades que han hecho que se use en tratamientos de belleza y también con fines terapéuticos.

Una de esas propiedades es su capacidad para calentarse con rapidez y retener el calor por un tiempo prolongado. Al aplicarla sobre una zona cuya articulación está dañada por la artrosis, la temperatura del área aumenta, provocando distintas reacciones en el organismo. El calor contribuye a la relajación muscular, calma la sensación dolorosa y además consigue una vasodilatación de las venas y las arterias, haciendo que la circulación sanguínea mejore.

En realidad, un baño de parafina no es más que una técnica concreta de termoterapia, igual que otras como las basadas en ultrasonidos, salvo que, en este caso, es el aceite mineral el responsable de transmitir y conservar el calor.

Hay que aclarar que no está demostrado que los tratamientos con parafina tengan propiedades curativas, aunque la evidencia indica que son muchos los adultos mayores que sufren artrosis y encuentran alivio en la aplicación de calor en las articulaciones. En este sentido, la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor (SEFID) considera que si una persona tiene clara la acción del calor como “modulador de síntomas”, no hay ningún problema en su aplicación.

Por otra parte, es importante confirmar con el médico especialista la idoneidad de este tipo de tratamientos, ya que los de parafina pueden estar desaconsejados en casos determinados, por ejemplo, si nuestra artrosis no solo manifiesta dolor sino también brotes inflamatorios, entonces el calor agravaría la dolencia.

Tratamiento de parafina contra la artrosis

¿Cómo se lleva a cabo un tratamiento con parafina?

Una aparatología específica permite calentar la parafina sólida para diluirla y transformarla en el aceite que se emplea en dicha terapia, que implica sumergir la mano o el pie afectados por la artrosis o aplicarla directamente con ayuda de una pequeña brocha o pincel en la zona que presenta dolor, sobre todo si ésta es demasiado extensa.

La Organización Médica Colegial de España (@OMC_Espana) señala en su Guía de Buena Práctica Clínica en Artrosis que las articulaciones en las que esta enfermedad se manifiesta con mayor frecuencia son las de las manos, la cadera, una de las más incapacitantes; la rodilla, especialmente en mujeres de mediada o avanzada edad que sufren obesidad; y también la artrosis vertebral, sobre todo la que se centra en la columna cervical, con una prevalencia del 80% en los adultos mayores de 55 años.

Dependiendo de dónde se manifieste la artrosis, el fisioterapeuta elegirá la técnica del baño o la aplicación con brocha.

En el primer caso, es normal sumergir manos o pies varias veces en la parafina. Deben mantenerse unos segundos en el interior del aparato que la conserva a la temperatura idónea (unos 45º) y, seguidamente, retirarse. El gesto puede repetirse dos o tres veces, hasta que la parafina se seque y forme una fina capa que retendrá el calor. Seguidamente, la zona de la articulación afectada se envuelve con plásticos específicos y se cubre con algún guante o toalla.

Parafina contra la artrosis

El calor debe actuar aproximadamente unos 15 minutos, un tiempo en que el dolor irá cediendo, al igual que la rigidez o los posibles espasmos y tirones que la persona pudiera estar sufriendo. Transcurrido el tiempo necesario, la parafina se retira fácilmente.

Un tratamiento de este tipo proporciona alivio, pero hay que tener en cuenta que puedes notar mejoría transcurridos un número mínimo de sesiones. El objetivo no es solo reducir los síntomas dolorosos sino, además, mejorar la funcionalidad de la articulación.

Por supuesto, los baños de parafina nunca pueden sustituir al tratamiento farmacológico y rehabilitador prescrito por el especialista y deberán ir acompañados de otras medidas que contribuyan a mejorar o frenar el avance de la artrosis. Entre las que recomienda el Hospital Universitari Clínic Barcelona (@hospitalclinic) destacan: evitar la obesidad, practicar ejercicio moderado (de bajo o nulo impacto), mantener una buena postura corporal y no forzar las articulaciones, por ejemplo, cargando pesos excesivos.

Sobre el autor:

Mariola Báez

… saber más sobre el autor