Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorHasta ahora hemos aprendido que para cuidar nuestra piel y mantenerla joven es fundamental comer correctamente, dormir 8 horas, tener una buena rutina de limpieza, utilizar protección solar… Pero resulta que se ha descubierto una variable que no se suele tener en cuenta y que tiene un efecto letal sobre nuestra piel, afectando gravemente a la salud del organismo y al cutis, y con ello acelerando el proceso de envejecimiento: la contaminación.
El tráfico, el tabaco, la calefacción, los aires acondicionados, productos de limpieza…son algunas de las fuentes de contaminación a las que nos enfrentamos en nuestro día a día, que dañan distintos órganos de nuestro cuerpo y especialmente la piel. Según las Organización Mundial de la Salud (@OMS_es), el 92% de la población está sometida a niveles de contaminación más altos de los límites marcados como saludables.
Además, estudios recientes aseguran que a parte de la radiación UV, que se considera la más letal sobre la piel, hay otras causas ambientales que afectan de forma directa en el deterioro de nuestra piel, causando la aparición de manchas y arrugas; la sequedad, cambios de textura, deterioro del colágeno o sensibilidad cutánea.
En los últimos años se han publicado numerosos estudios que advierten sobre la relación entre afecciones dermatológicas y la polución de las grandes ciudades.