Victoria Herrero
Cuídate
Ejercicios que los mayores pueden hacer en la piscina para trabajar los brazos
Sencillas rutinas físicas con las que activaremos los músculos y articulaciones superiores
Nos encanta la piscina, y no solo para refrescarnos y disfrutar en verano. Este espacio acuático permite disfrutarlo durante todo el año y, lo que es más importante, nos ayuda a ponernos en forma de una forma muy sencilla. Es el mejor gimnasio que podemos tener a nuestro alcance. Y es que los movimientos que hacemos dentro del agua nos cuestan menos que si los hiciésemos fuera de ella. Por eso no hay parte del cuerpo que no pueda verse beneficiada de una buena sesión de acuaterapia.
El agua es el medio ideal para que aquellas personas mayores o que no están acostumbradas a hacer deporte se ejerciten. Se trata de sencillos ejercicios en un medio acuático donde nuestras articulaciones no tienen el impacto contra el suelo, al tiempo que se mejora nuestro sistema cardiorrespiratorio y nuestra fuerza. Además, en un día de mucho calor es el mejor remedio para refrescarnos de una forma divertida.
Trabajando los brazos
Nos vamos a centrar en la zona de los brazos con unos sencillos ejercicios con los que activaremos los músculos y las articulaciones de estas extremidades superiores. Y no nos referimos solo a dar unas brazadas cuando nadamos. Hay un sinfín de movimientos.
- El primero que recomendamos lo haremos sujetándonos en el borde la piscina. Nos ponemos de pie de frente a la pared de la misma y apoyamos nuestras manos en el borde. Ahora intenta saltar como si quisieses salir de la piscina solo impulsado por tus brazos. El salto debe ser de tal manera que las caderas queden al borde del vaso acuático. O al menos intentarlo. Haz 3 o 4 repeticiones de este ejercicio.
- Con este ejercicio, además de tonificar los brazos haremos una doble función ya que también trabajaremos las piernas. Vamos a saltar con las piernas muy estiradas abriéndolas y cerrándolas. Y al mismo tiempo movemos los brazos hacia arriba y hacia abajo.
- Ahora, con este nuevo movimiento, vamos a llevar las rodillas al pecho. No nos hemos equivocado, aquí se fortalecen también los brazos. Y es que al mismo tiempo que subimos las rodillas, empujamos hacia dentro del agua con los codos con la idea de que estos toquen las rodillas al final de este ejercicio. Una rutina muy eficaz para ayudar a la musculatura de nuestros antebrazos.
- Nuestro último movimiento consiste en simular que estamos remando. Así, vamos a llevar las manos hacia adelante y las recogemos en nuestro pecho flexionando los codos. Cuanto más rápido lo hagas, mejor para tus brazos.