Victoria Herrero
Cuídate
Errores que cometemos con las curas básicas de primeros auxilios
Pese a nuestra buena fe a la hora de ayudar, en ocasiones podemos complicar la situación
Atender rápidamente a una persona que ha sufrido un accidente es una buena acción que, en algunos casos, puede incluso salvar la vida de esa persona herida. Sin embargo, dentro de nuestra buena fe, en ocasiones recurrimos a ciertos remedios para esas heridas que no resultan del todo adecuados y que hoy os descubrimos.
Las quemaduras no se curan con hielo
La lógica, equivocada, nos puede llevar a aplicar hielo sobre una quemadura. Sin embargo, este gesto no es del todo recomendable y seguro. Lo mejor en estos casos es echar agua del grifo sobre esta quemadura durante unos 10-15 minutos para ir poco a poco calmando el dolor.
Cuidado con soplar en los ojos ante un cuerpo extraño
Este no es un accidente muy grave pero, sin el cuidado pertinente, puede causar un daño serio en nuestra salud ocular. Así, cuando a una persona se le ha metido un cuerpo extraño en el ojo (insecto, arenilla...) olvídate de soplarle para ver si de esta manera sale ese molesto "inquilino". En estos casos lo que debemos hacer es echarle agua de forma inmediata sobre el ojo para que este se limpie y pueda expulsar ese pequeño objeto.
En caso de hemorragia nasal
Otro de los errores más habituales que cometemos con los primeros auxilios. Cuando vemos que otra persona sufre una hemorragia nasal, lo más socorrido es decirle que eche la cabeza hacia atrás. Mal hecho, ya que al hacerlo corremos el riesgo de que inhale sangre y que se vaya a las vías respiratorias que podrían quedar obstruidas.
Todo lo contrario, en estos casos se recomienda inclinarse un poco hacia adelante para facilitar que toda la sangre pueda salir sin que eso suponga un problema de salud.
¿Sabrías hacer un torniquete?
La de veces que hemos visto esta situación en una película. Uno de los protagonistas hace un torniquete con una corbata o un cinturón a otra persona que tiene una profunda herida en la pierna por donde pierde mucha sangre. La idea es correcta pero, en ocasiones, la forma de hacerlo no tanto.
Cuando una herida sangra, es posible que tengas la intención de efectuar un torniquete y lo hagas mal. Es decir, se debe hacer de tal forma que la presión ejercida sea tal que detenga ese flujo de sangre que sale por la herida. Pero mucho cuidado ya que si se prolonga esta solución durante mucho tiempo puede derivar en una isquemia que no es otra cosa que la disminución o detención de la circulación de sangre en una determinada zona con el daño que esto puede suponer.
Mover a los heridos
Por último, otra de las prácticas fatales y más comunes cuando vemos un accidente de tráfico es intentar mover al conductor o pasajeros que han quedado atrapados en ese coche. Salvo que no haya un riesgo inminente de incendio o explosión del automóvil, lo mejor es no manipular a esas personas y esperar a los servicios de emergencia. De lo contrario, podemos dañar muy seriamente la parte cervical de la persona herida.
De la misma manera, tal y como confirman desde la Dirección General de Tráfico (@DGTes), no se debe dar ningún tipo de comida, bebida o medicamento a esa persona que ha tenido el accidente hasta que no sea visto por un profesional sanitario.