Carlos Losada
Cuídate
¿Es necesaria la limpieza facial en las personas mayores?
La piel del rostro agradecerá si llevas a cabo una correcta limpieza diaria y lucirá más luminosa
La respuesta a la pregunta que titula este artículo es un rotundo sí. Es muy recomendable que las personas mayores (y las que no lo son), realicen una correcta limpieza facial para mejorar tanto la salud de su piel como para evitar un mayor envejecimiento de esta.
Tal y como aseguran en Sanitas (@sanitas), “si no se realiza una limpieza de cutis al menos una vez por semana, la suciedad, los puntos negros, la grasa generada por la piel, las manchas que puedan aparecer e incluso las arrugas restarán brillo y vitalidad al rostro, favoreciendo además el envejecimiento epitelial”.
Por lo tanto, aunque tu piel ya no sea tersa ni luzca como cuando tenías 20 años, sigue siendo adecuado que la cuides igual pues de ese modo ganará en brillo y evitarás problemas derivados de no haber tenido una higiene correcta.
Ritual de limpieza facial para personas mayores
Lo mejor para limpiar la piel de tu cara es hacerlo por la mañana y por la noche. Como las personas mayores están en un momento de sus vidas en el que (habitualmente) no tienen horarios tan complicados como cuando formaban parte del mercado laboral o debían atender a sus hijos pequeños, lo mejor es tomarse esta rutina con calma e incluso disfrutándola.
En primer lugar, debes limpiar tu rostro con un jabón adecuado a tu piel y si es posible que además contenga algún aceite esencial. Si tienes destreza, incluso puedes hacértelo.
A continuación, exfolia la piel masajeando la zona suavemente durante unos minutos. Para ello puedes comprar algún producto especializado o, al igual que ocurre con el jabón, hacerlo tú mismo en casa. Una vez que has usado el exfoliante, aclara la cara con agua que no esté ni demasiado caliente ni demasiado fría. Eso sí, la exfoliación no la hagas todos los días. Con una vez a la semana será suficiente… y si tienes la piel muy sensible, prueba cada quince días.
El último paso, ya sea después de lavar el rostro o de lavarlo y exfoliarlo, será hidratarlo. Y esto lo puedes hacer con cremas preparadas para ello (tú también puedes hacerlas) y, claro está, bebiendo mucha agua, ya que no solo beneficia nuestra salud “interna”, sino que esa agua llega a nuestra piel, haciendo que no se reseque.