Teresa Rey
Cuídate
Estilizar y contornear las piernas es posible con un "lifting" de muslos
Si has adelgazado de forma brusca la piel aparece colgada y flácida, pero con está técnica se mejora
Puede que tus piernas se muestren menos estilizadas con el paso de los años, que hayas tenido algún problema de sobrepeso y al adelgazar la piel se te haya quedado descolgada. Para recuperar la tersura en la zona y lucir unas piernas más estilizadas hay una técnica de cirugía plástica, que aunque es más conocida por su aplicación el rostro o el cuello, también se puede llevar a cabo en las extremidades inferiores: es el lifting de muslos.
Quién es el candidato ideal
Este procedimiento es apto para todas aquellas personas que gocen de buen estado de salud y que por motivos estéticos quieran mejorar el aspecto de sus piernas. En general, se trata de mujeres que buscan mostrar un contorno corporal más bonito para lucir en verano, sobre todo, una figura que les proporcione más estima personal.
También es frecuente que tras una pérdida excesiva de peso, la piel de los muslos se haya tornado más flácida o aparezca descolgada, y en estos casos esta intervención puede aportar una mejoría, explican desde la Sociedad Española de Cirugía, Plástica, Estética y Reparadora (Secpre).
Con este procedimiento lo que se hace principalmente es estirar la piel de parte superior y media de la piernas y así se eleva el tejido que presenta descolgamiento. El objetivo es que la zona aparezca más tersa y al mismo tiempo moldearla, haciendo que visualmente las piernas luzcan más finas.
La técnica
La técnica empleada dependerá del trastorno que presente el paciente, así como de su fisionomía. Los cortes se pueden efectuar de distinta manera, generalmente en la cara interna del muslo próximo a la ingle o llevarlos al pliegue del glúteo. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que se producirán cicatrices y que su evolución dependerá de cada persona.
Por medio de la incisión se efectúa una liposucción que permite el estiramiento y después se elimina la piel que sobra. El proceso se realiza con anestesia general y suele durar entre dos y tres horas.
No hay que olvidar que se trata de una operación y por ello no está exenta de riesgos como cualquier cirugía. Tras la misma puede parecer algún edema, pero se colocan unos drenajes para permitir la evacuación de la sangre. Es posible que se tengan molestias al principio y que también aparezca algún hematoma.
Para evitar problemas con las heridas a consecuencia de la tracción habrá que tener cuidado con los movimientos que hagamos durante las dos primeras semanas. El tiempo de recuperación completo se prolongará durante unos meses, aunque la incorporación a la vida rutinaria se puede dar en unos quince días, indican los expertos.