Manicura francesa, ¿cómo hacerla para que quede perfecta?
Es uno de los diseños de uñas más sencillos de hacer y el resultado es tan natural como elegante
La manicura es una técnica básica para el cuidado de tus manos y para poder lucir unas uñas sanas y bonitas. La francesa sigue los mismos pasos básicos que implica cualquier manicura, pero tiene de especial un acabado distinto, con la inconfundible punta de la uña coloreada en blanco acompañada, generalmente, de un tono neutro, suave o nude en el resto de la superficie.
La idea es llevar unas manos cuidadas en las que destaque un original toque de color que cumpla su función sin resultar estridente con un protagonismo excesivo.
Pasos para hacer una manicura francesa
El cuidado de las manos es un detalle importante que no debes dejar de lado. La limpieza a fondo y una óptima hidratación son los pasos esenciales pero, además, fortalecer las uñas, darles la forma idónea y aportarles un punto de color y luminosidad es igualmente esencial para que tus manos luzcan perfectas.
Una manicura francesa parte de las premisas básicas de cualquier técnica cuyo fin sea cuidar y fortalecer las uñas.
Después de su limpieza y secado a fondo, hay que cortarlas de la manera correcta, intentando mantener, en todo momento, las tijeras perfectamente paralelas a la punta de la uña. El siguiente paso es darle la forma que prefieras con ayuda de una lima. El limado idóneo es imprescindible en cualquier manicura. Es importante no dejar “picos” ni salientes que pudieran hacer que tus uñas quedasen enganchadas en cualquier tejido. Además, para la manicura francesa se recomienda buscar con la lima formas cuadradas o ligeramente redondeadas y con una medida no demasiado larga.
Recuerda pasar la lima no solo por los bordes, sino también por la superficie de la uña por si quedase algún resto del esmalte anterior.
La importancia del color
Hecho esto, llega el momento de aplicar el color de la manera correcta para lograr el efecto “francés”. Extiende una primera capa de esmalte base. Es preferible optar por uno transparente y con propiedades que contribuyan a fortalecer la uña.
Espera a que se seque completamente y, a continuación, delimita la zona en la que aplicarás el esmalte blanco y la que quedará de otro color. Para hacerlo de manera sencilla, tienes mini plantillas, una especie de pequeñas y finas pegatinas que te ayudarán a separar perfectamente las dos zonas. Dedícate primero a las puntas. Aplica el blanco y espera, de nuevo, a que sequen. Retira las pegatinas separadoras y da color al resto de la uña. Para terminar, puedes aplicar una capa final de brillo para tener un manicura francesa impecable y duradera.
