María Liébana
Cuídate
¿Acné por culpa de la mascarilla? Se llama maskné y así se trata
El acné que aparece en la zona de la nariz, boca y barbilla por el uso diario de mascarillas
La convivencia con las mascarillas es necesaria, pero a menudo sufrimos las consecuencias en nuestra piel. Y es que es normal que, tras su uso continuado, la piel de nuestro rostro se vuelva más sensible y comiencen a aparecer granitos y espinillas. Por ello ha surgido el término maskné, una palabra con la que los anglosajones denominan al acné producido por mascarillas.
El efecto invernadero de las mascarillas
El maskné lo están sufriendo tanto las personas que ya tenían tendencia al acné, a las que se les está exacerbando, como aquellas con una piel sin problemas de acné, a las solo se salía un granito puntual.
Bajo la mascarilla se crea un microclima que asfixia a nuestra piel. El roce continuo de la piel con la mascarilla, el calor, la humedad, alteran nuestra piel y la sentimos más sensible e incómoda. Y no solo eso, la mascarilla hace que nuestra piel tenga una falta oxígeno que hace que los poros se obstruyan. Además, este microclima que se crea en nuestra es el ambiente ideal para la aparición de granos.
Cómo tratarlo
En general, se están usando los mismos tratamientos que se usaban para otro tipo de patologías cutáneas ya estudiadas. El maskné está apareciendo sobre todo en la zona de la nariz, las mejillas, y la barbilla, en lo que se llama la zona U. El acné en esta zona ya se conocía, y se había estudiado dermatológicamente. Tal es el caso de motoristas, por ejemplo, que, por el roce de la cinta del casco, y la humedad que se produce por la esponja que llevan, se produce un tipo de acné parecido a lo que ahora se denomina maskné.
Limpia tu rostro antes y después de usar mascarillas
Un ritual correcto de limpieza es clave para la prevención y tratamiento de patologías cutáneas de este tipo. Siempre ha de ser una limpieza suave, pero que nos ayude a controlar este brote. No por ser más agresiva será más efectiva.
Los expertos recomiendan hacer una limpieza del rostro en dos pasos:
- Eliminar suciedad: Utilizar a diario, mañana y noche, un producto para retirar filtros solares, maquillaje o polución. Te maquilles o no, siempre un primer producto como un aceite, un bálsamo, leche o agua micelar.
- Limpieza en profundidad: Opta por un gel o mousse al agua para eliminar exceso de sebo, sudor y células muertas. Hay una gran variedad en productos para crear tu propio y personalizado sistema de doble limpieza.
Tras una buena limpieza, es recomendable aplicar un tratamiento facial para mejorar y prevenir los signos del acné. Para ello lo mejor es acudir a un especialista que nos recomiende el producto adecuado para nuestro tipo de piel.