Victoria Herrero
Cuídate
El abuso de flúor puede estar detrás de algunos problemas en el esmalte dental
En su justa medida, este mineral puede resultar muy útil para prevenir posibles caries
Mantener una adecuada higiene bucal es una rutina básica de salud que no admite mayor discusión. Sin embargo, en ocasiones, dicha limpieza debe hacerse de forma correcta, ya que un exceso de alguno de los productos que se emplean para limpiar la boca y los dientes puede resultar muy perjudicial. Esto es lo que asegura un estudio llevado a cabo por la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York (@nyuniversity), que defiende que el abuso de flúor es dañino para el esmalte de las piezas dentales.
Los efectos adversos del exceso de flúor
Dicho en el argot médico, este mal uso implica un mayor riesgo de que se produzca lo que se conoce como fluorosis dental, que se manifiesta en forma de una decoloración de los dientes en varias fases, según la gravedad. Así, en un primer nivel se pueden apreciar leves estrías o líneas en la superficie del diente, seguido de la aparición de una especie de manchas blancas opacas. En la situación más grave y severa, que incluso puede verse empeorada por una nutrición deficiente, el esmalte presenta un aspecto totalmente quebradizo y se observan unas marcas marrones que salpican toda la estructura dental.
Como explican los investigadores, el problema viene cuando se cometen excesos con este mineral que, en su justa medida, resulta muy útil para prevenir las caries y proteger el esmalte de algunos ácidos externos. Un elemento natural que, sobre todo, aparece de manera frecuente en la pasta de dientes, pero que también se agrega al agua potable en todo el mundo.
Así, según dicho informe, una importante cantidad de flúor provoca que se reduzca el almacenamiento de calcio en los dientes. Además, otro de los efectos negativos es que incrementa el estrés de las células presentes en el esmalte y esto provoca que se altere la correcta mineralización del mismo.
Unas consecuencias que respaldan desde la Organización Mundial de la Salud (@WHO), que añade más efectos negativos por el uso desmedido de dicho compuesto. Es lo que se conoce como fluorosis esquelética paralizante. Una afección que, en este caso, se da en aquellas personas que toman agua potable con alto contenido en flúor y que desencadena todo tipo de deformidades en los huesos, así como calcificación de ligamentos y tendones.
Así pues y volviendo a los productos que se usan para la limpieza dental, expertos como los odontólogos de la Clínica Moyúa recomiendan echar mano de productos adecuados en cada caso, así como realizar un buen cepillado después de cada comida. Un gesto que debe venir acompañado de otra serie de pautas:
- Un menor consumo de productos azucarados, así como de alimentos demasiado blandos o duros, y de bebidas ácidas que atacan a los dientes en forma de caries e hipersensibilidad.
- Emplear seda dental y cepillos interproximales para llegar a los rincones más complicados.
- Acudir a una revisión anual con el dentista para comprobar que todo sigue en orden y se puedan prevenir problemas bucodentales.
- Dejar para siempre el tabaco, ya que su efecto pernicioso para los dientes se traduce en mal alimento, acumulación de placa y sarro, pérdida de soporte para los dientes o aumento del riesgo de sufrir cáncer oral.
- Tener cuidado con algunas malas costumbres, como puede ser mordisquear lapiceros o bolígrafos, utilizar los dientes como herramienta (para abrir botellas o cortar cosas) o apretarlos de manera consciente.
Aparte de todas estas recomendaciones y volviendo al exceso de flúor, también aconsejan controlar la ingesta de este elemento natural por otras vías como puede ser la sal o algunas aguas minerales.
Otras recomendaciones a tener en cuenta
No obstante, aparte de los consejos y advertencias ofrecidas por estos expertos, existen otra serie de acciones que pueden perjudicar la salud dental de los mayores. Por ejemplo, desde la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (@SEPAperiodoncia) aconsejan consultar con el dentista antes de usar un colutorio o enjuague bucal como parte de la rutina de higiene diaria.
Así pues, prosiguen, serán los profesionales los que determinen cuál es el más adecuado en cada caso. Y es que un mal empleo de los mismos, o un abuso desmedido, puede estar detrás de inconvenientes como una alteración del sentido del gusto, la resecación de la mucosa oral o la aparición de algunas reacciones alérgicas. Además, es especialmente negativo cuando se trata de productos de limpieza dental que también tienen un alto contenido en alcohol. En esta ocasión, no sería nada bueno para aquellos mayores con problemas en la mucosa dental, ya que puede aumentar la aparición de úlceras e incluso deshidratar la boca.
Por tanto, y siempre y cuando se haga un consumo responsable, este tipo de productos no son del todo desaconsejables y pueden ayudar en casos de halitosis, en el tratamiento de candidiasis orales o para reducir la sensibilidad dental. Eso sí, para aprovechar dichos beneficios, estos expertos insisten en que es mejor espaciar el uso del enjuague bucal tras el pertinente cepillado. Lo ideal, explican, es dejar pasar media hora. No obstante, si es imposible, siempre se pueden realizar previamente gárgaras con agua si es necesario usarlo de manera inmediata.