¿Caducan los cosméticos? ¿Pueden provocar problemas de salud en los mayores?

Está claro que nadie duda de la caducidad de los alimentos, pero ¿qué sucede con los productos de belleza que nos aplicamos directamente en la piel? La respuesta es que también, pese a que podamos dudarlo. Y es que los polvos de maquillaje, las máscaras de pestañas o los pintalabios no son para toda la vida. Una recomendación que no debemos olvidar si no queremos que, pasada la fecha, nos puedan provocar ciertas alergias cutáneas.

Productos de higiene personal

Como tal, estos artículos de perfumería y belleza es mejor no guardarlos años y años en el fondo del cajón de nuestro lavabo, solo si todavía están en buen estado y se pueden aplicar. Sin embargo, con la idea de querer aprovecharlos, puede que en ocasiones los mantengamos abiertos y los usemos durante años sin saber que esta práctica no es la más adecuada. Y es que esta acción hace que puedan proliferar, con el paso del tiempo, todo tipo de bacterias o se vean afectados por la oxidación. Los principales problemas en este caso. 

¿En qué fecha debo fijarme?

Para ello, al comprarlos debemos fijarnos en la fecha de duración mínima y la de conservación tras su apertura. Esta última corresponde al número que hay en el interior del símbolo del bote que reside en el reverso del envase y que hace referencia a los meses que el producto se conserva en perfecto estado. No sería el caso de los artículos de un solo uso que vienen en monodosis, los que están en contacto con el exterior (aerosoles) o los que cuentan con base alcohólica, ya que no se deterioran. En cambio, los que son en crema son más propensos a estropearse, ya que se contaminan más por el contacto con los dedos. Lo mejor entonces es aplicarlos sobre el rostro con unas esponjas o espátulas.

¿Y cuándo sabremos que ha llegado el momento de tirarlos si no pone nada en su etiqueta? En algunos casos, como en las bases de maquillaje, se puede adivinar si vemos que el tono ha cambiado y ya no es como lo compramos. Pero no solo es algo estético o una pérdida de su funcionalidad, sino algo más serio pues puede provocar dermatitis de contacto, irritación de la dermis o eczemas. 

En principio, en la mayoría de las ocasiones, los cosméticos pueden estar perfectamente incluso hasta tres años, pero en este punto debemos saber que no es lo mismo que esté abierto o cerrado. Una vez usado, esa fecha puede reducirse bastante.

• Sombras o coloretes. Se mantienen entre uno y tres años debido a que no contienen agua. En el caso de que veamos que la capa externa está reseca, bastará con quitarla y seguir utilizando el resto. Si los polvos son para los ojos, debemos tener más cuidado o nos arriesgaremos a que las bacterias puedan infectar la zona ocular. 
• Contornos de ojos, correctores o bases de maquillaje. Duran hasta 2 años.
• Máscaras de pestañas. Podemos usarlas como mucho medio año. Unos 6 meses más si son lacas de uñas. 
• Pintalabios. Permanecen en perfecto estado el mismo tiempo que los productos que vienen en polvos. Pero para un mejor uso, lo mejor es aplicarlos con un pincel y bajo ninguna circunstancia compartirlos con otra persona. 
• Lápices para ojos, cejas o los labios. Tienen un periodo de vida útil bastante largo, casi hasta que se terminen. Lo bueno en este caso es que cada vez que les sacamos punta se van renovando, por así decirlo.

Pero, muchas veces, este periodo de tiempo no significa que los podamos tener de cualquier manera, tirados en el neceser o en nuestra bolsa de aseo. Lo mejor es guardarlos correctamente, en un lugar fresco y con ventilación. Nada de dejarlos en un sitio con altas temperaturas. 

Ni usarlos caducados ni compartirlos con otra persona

Ya hemos hablado de los efectos adversos, leves en la mayoría de los casos, de usar cosméticos que ya se encuentran en mal estado. Unas afecciones que se muestran sobre todo en la zona donde los hemos aplicado y que se reflejan en síntomas como una sensación de calor, enrojecimiento, descamación o la aparición de granos.

Un cuidado por la salud de nuestra piel donde entra, de forma obligatoria, el hecho de no emplear los cosméticos de otra persona o viceversa. Y es que este hábito poco higiénico puede desencadenar que la lista de patologías cutáneas aumente.

Así, si se trata de una base de maquillaje que la otra persona se echa en su mano o con una esponja, sin que entre en contacto con sus dedos, no pasaría nada. El problema viene con los bálsamos labiales, las máscaras de pestañas y los delineadores de ojos, especialmente. Productos de belleza que son y deben seguir siendo de uso personal. De lo contrario podemos ir preparándonos para estar más expuestos a un herpes labial por el contagio, una infección ocular o en las fosas nasales, lo que se conoce con el nombre de impétigo.

De la misma manera que no compartimos el maquillaje con varias personas, para tener una salud cutánea óptima es bueno que no nos maquillemos cada día y dejemos a nuestra piel respirar. Un descanso que sirve para hacer una limpieza a fondo de todos los residuos que puedan quedar de dichos productos de belleza.