La razón del dolor de espalda en los mayores con obesidad
Dr. Mario SierraFoto: Bigstock
Sábado 31 de agosto de 2024
ACTUALIZADO : Jueves 19 de septiembre de 2024 a las 11:26 H
6 minutos
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Sábado 31 de agosto de 2024
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La obesidad es un problema muy extendido a nivel mundial. Dado el incremento de esperanza de vida que experimenta la población actualmente, la prevalencia de la obesidad en mayores de 65 años también ha aumentado.
Otra de las consecuencias de este envejecimiento es la susceptibilidad a padecer enfermedades crónicas, siendo una de las más comunes el dolor de espalda. Las causas del mismo son múltiples, pero una de las más subrayadas en todos los estudios, es la obesidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se define como una enfermedad crónica caracterizada por la acumulación excesiva de tejido adiposo en el cuerpo. La forma de objetivar el estado de obesidad en un individuo es a través del Índice de Masa Corporal (IMC), que clasifica a los individuos según altura y peso y en el que el valor igual o superior a 30 kg/m² representa el estado de la enfermedad.
Falta de actividad física
El envejecimiento lleva consigo la acumulación de múltiples cambios en la fisiología del organismo que, junto a otros múltiples factores, como son la disminución en la actividad o el cambio en la distribución del tejido graso, hace que la obesidad sea un problema prevalente en la población mayor de 65 años.
Padecer obesidad predispone a sufrir múltiples problemas de salud entre ellos patología relacionada con la columna. En numerosos estudios se comprueba como la obesidad está relacionada con la degeneración de disco intervertebral, el dolor lumbar bajo y ciática.
Obesidad y artrosis
Uno de los efectos directos que tiene la obesidad sobre la columna vertebral es la presión a la que somete a las vértebras y los discos intervertebrales con cada movimiento. Dicha presión mantenida, provoca distintas formas de desgaste como defectos en el platillo vertebral que soporta los discos y el defecto en el núcleo del propio disco, aumentando la predisposición a padecer prolapsos y hernias de disco
Otras formas de degeneración directamente relacionada con la artrosis de la columna son el aumento de tejido graso en la musculatura y el cambio en la composición mineral de los huesos. Además, el envejecimiento del organismo por sí mismo, genera disminución en la capacidad de regeneración de los tejidos y acumula desgaste en el tejido óseo y disco-ligamentosos que forma parte de la columna vertebral con el tiempo.
Todos estos cambios son fuente directa de dolor lumbar y ciático; así como obstáculo en el tratamiento del dolor de espalda
Obesidad y metabolismo
Los efectos de la obesidad alteran el metabolismo de los pacientes y generan un estado inflamatorio crónico lo que hace que esté relacionado con enfermedades musculoesqueléticas, artrosis y osteoporosis, como se ha señalado anteriormente.
La médula ósea normal se ve infiltrada por tejido graso, lo que dificulta la reparación y la regeneración ósea. Estos cambios, unidos a la pérdida de más ósea relacionada con el envejecimiento favorecen entre otros problemas, que evitan mayor incidencia de fracturas lumbares en población mayor de 65 años.
Además, entre esta población, un grupo de riesgo especial es el de las mujeres postmenopausicas, dado que los cambios hormonales que sufren acentúan el aumento de obesidad y la pérdida de reparación de tejido óseo.
Obesidad y estado anímico
Por último, uno de los aspectos más infravalorados de la obesidad es su relación directa con el estado anímico de la persona La distorsión de la imagen corporal, la reducción en la capacidad de realizar actividades cotidianas y deportivas, así como los estados de ansiedad y depresión que provoca en los individuos influye de forma directamente proporcional en la patología de la columna vertebral.
El dolor es un síntoma regulado por múltiples circuitos cerebrales, por lo que un estado de ánimo ansioso o depresivo contribuye a percibir el dolor con mayor intensidad y aumentando su duración en el tiempo.
La menor capacidad de realizar actividades con la misma intensidad relacionado con el envejecimiento activa un círculo vicioso entre edad, sedentarismo y obesidad que contribuye al aumento del dolor lumbar en mayores de 65 años.
Recomendaciones
- Mantener una dieta equilibrada pobre en grasas y azúcares
- Preservar un ejercicio constante dirigido a cuidar la columna vertebral y adaptado a las necesidades de cada individuo. Para ello son fundamentales los grupos de rehabilitación funcional especializados en estos grupos de edad
- Mantener un control de los factores de riesgo cardiovascular adaptado a la edad de cada persona gracias a las recomendaciones de especialistas en geriatría, reumatología y medicina de familia