Manuela Martín
Las cutículas son una barrera natural de protección que no debemos cortar en su totalidad
Seguro que, en alguna ocasión, cuando has ido a hacerte la manicura te han preguntado si quieres que te corten las cutículas o si por el contrario prefieres dejarlas. En esas situaciones, ¿te has planteado alguna vez cuál es su verdadera función?
Aunque parezcan antiestéticas y no queden muy bien en nuestra manicura, lo cierto es que las cutículas tienen la función principal de proteger la matriz de las uñas. Son una barrera de protección natural entre la uña y la piel que evitan la penetración de bacterias, hongos o gérmenes que pueden crear una infección bastante molesta y dolorosa conocida como paroniquia. Esta infección puede llegar a ser tratada incluso con antibióticos por parte del médico. Además, tocar las cutículas podría provocar irregularidades en la uña como depresiones, rugosidades o decoloración.
A pesar de que la cutícula es un tejido muerto que, como tal, puede ser cortado, lo cierto es que tiene un papel importante de protección, por ello, la mayoría de los expertos recomiendan no cortarlas nunca y en el caso de hacerlo, llevarlo a cabo de la forma menos agresiva posible.
Hay personas cuyas cutículas crecen en exceso haciendo que las uñas parezcan más cortas. Si es necesario cortarlas lo recomendable es hacerlo con cuidado y solo eliminando una parte, ya que si las quitamos en su totalidad podríamos eliminar su función protectora y dañar esa parte de la uña cuya piel es muy fina y delicada. Podemos ayudarnos de un palito para empujarlas hacia atrás con suavidad y eliminar el exceso con un corta-cutículas, pero siempre recordando no eliminarla por completo.
Lo ideal a la hora de retirarlas es hacerlo cuando la piel esté muy hidratada, bien tras una ducha o bien humedeciéndolas con agua templada, ya que la piel estará más blanda y será más sencillo, seguro y menos molesto.
Aunque las cutículas tienden a secarse debido a su composición de células epiteliales, la falta de hidratación juega un papel importante, por ello, es recomendable hidratarlas constantemente utilizando aceites o crema para las manos y aplicarlo preferiblemente por la noche.
El uso abundante de geles desinfectantes, el lavado constante de manos o la manipulación de productos de limpieza, entre otros, hace que nuestra piel se reseque con frecuencia, por ello, es aconsejable una hidratación constante.
Beber abundante agua también nos ayudará a estar hidratados y por lo tanto evitará la aparición de sequedad en la piel y, en concreto, en las cutículas.
Por todo ello, cuando vuelvan a preguntarte si quieres que te corten las cutículas, sabrás qué responder.