Rosa María Torres
Salud
¿Has oído hablar de la degeneración macular relacionada con la edad?
Si las líneas rectas te parecen onduladas, quizás es el momento de que acudas al oftalmólogo
La Degeneración Macular es una enfermedad degenerativa que afecta a la mácula, la parte del ojo que permite ver los detalles pequeños y se ubica en la retina. En algunos casos, avanza tan lentamente que las personas no notan cambio alguno en su visión, pues no es dolorosa. En otros casos, la enfermedad progresa más rápidamente y puede causar una pérdida de visión en ambos ojos.
Así, esta enfermedad es consecuencia del deterioro sufrido por la mácula por el transcurso del tiempo, por lo que afecta principalmente a las personas con una edad relativamente avanzada (de ahí su denominación DMAE, siglas que significan Degeneración Macular Asociada a la Edad).
Además del carácter degenerativo de dicha dolencia, el mayor problema es que el daño causado puede ser irreversible si no se trata a tiempo, motivo por el que es extremadamente importante detectar su existencia cuanto antes. Una de las preguntas más habituales es si existe alguna forma de prevenir la enfermedad. Así nos lo cuenta la responsable de la Unidad de Retina y Vítreo de Central Ocular, María Capote: "No, no existe hoy por hoy ninguna forma para prevenir la aparición de la degeneración macular, porque va asociada al envejecimiento. Se recomienda llevar una dieta sana, no fumar y someterse a revisiones oculares periódicas a partir de los 50 años".
¿Qué nota una persona afectada por la Degeneración Macular?
Al ser considerada una enfermedad silenciosa, la doctora nos cuenta que "una persona afectada tendrá una dificultad creciente para poder ver el centro de la imagen a la que está mirando, el paciente notará que no enfoca bien en las zonas centrales y le cuesta hacer actividades básicas como leer o conducir".
Esta enfermedad no tiene cura
Aunque no tiene cura, existen tratamientos para mejorar la mala visión provocada por la degeneración macular, procurando al paciente una mayor calidad de vida, y controlar la enfermedad para que esta no avance. Por ejemplo, hay lentes que cumplen con este cometido, tratamientos con fármacos antiangiogénicos o láseres. Sin embargo, María Capote asegura que "más que nunca, en estos casos la mejor arma es la prevención. Esto equivale a decir que es muy importante acudir al oftalmólogo una vez al año, y someterse a una rutinaria y sencilla revisión".