María Liébana
Salud
Dejar de fumar: ¿por qué tengo más tos ahora que antes?
Síntomas que se interpretan como signos de que tu cuerpo está empezando a limpiarse y sanarse
Hoy en día no es difícil encontrar razones para dejar de fumar, siendo la primera y más importante nuestra salud. Pero no es la única. Sabemos que fumar está directamente relacionado con la muerte prematura, y que, por ello, dejar el tabaco alarga nuestra esperanza de vida. El tabaco se ha identificado como la causa de numerosos tipos de cáncer y entre ellos, especialmente el de pulmón, garganta, vejiga o boca, por citar algunos.
Pero, además, si dejamos de fumar estaremos mejorando de forma exponencial nuestra salud cardiovascular, así como la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. Mejorar la fertilidad, no tener problemas de disfunción eréctil y evitar el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de arrugas, serían otros de los motivos que se sumarían a la lista. Y si aun nos quedan dudas, siempre podemos pensar en la salud de la gente que nos rodea y que convertimos en fumadores pasivos.
Dejar de fumar
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) afirma que alrededor de 3.000 fumadores acuden cada año a la institución para intentar dejar el tabaco y que un 61% de ellos lo consiguen. Ahora bien, duramente las primeras semanas, algunas personas experimentan un incremento de síntomas respiratorios como la tos y expectoración.
Los síntomas que se producen al dejar de fumar
Esto se debe a que el humo del tabaco retarda el movimiento normal de los vellos diminutos (cilios) que transportan el moco hacia fuera de los pulmones. Cuando dejas de fumar, los cilios se vuelven a activar, y a medida que se recuperan y eliminan el moco de los pulmones, se pueden producir episodios de tos más recurrentes de lo habitual. Y esto se puede experimentar durante varias semanas. Estos síntomas suelen ser temporales y se interpretan como signos de que tu cuerpo está empezando a limpiarse y sanarse.
De hecho, los síntomas respiratorios y los efectos del tabaco en nuestro cuerpo, como la tos, la producción de moco y la disnea, continúan mejorando hasta un año después de dejar de fumar.
Cómo acelerar el proceso
Mientras tanto, puedes ayudar manteniéndote bien hidratado, bebiendo mucha agua, te u otro tipo de líquidos. Del mismo modo puedes intentar calmar tu garganta con remedios caseros como la miel o el uso de un humificador o vaporizador.
Como hemos indicado, estos síntomas suelen ser transitorio y acaba desapareciendo con el tiempo. Pero ante cualquier duda o si los síntomas persisten, es recomendable que acudas a tu médico.
El pulmón se puede recuperar del daño
Y es que nunca es tarde si la dicha es buena. Como se ha mencionado anteriormente, el tabaco está estrechamente relacionado con el cáncer, en concreto el de pulmón es uno de los más frecuentes entre los fumadores (se calcula que el 82% de los casos se deben al tabaco). Pero, el lado bueno es que, si dejamos el tabaco, este órgano es capaz de reparar los daños que hemos provocado en él a lo largo de los años. Al dejar de fumar, las nuevas células nacen y crecen sanas, y algunas de ellas se encargan de regenerar el epitelio, que es una especie de capa que recubre el pulmón.