Victoria Herrero
Deporte para mayores
Si eres un corredor habitual, atento a las lesiones más frecuentes
Rodillas, tobillos o incluso la zona baja de la espalda pueden sufrir sin la técnica adecuada
La moda del running ha llegado para quedarse. Un estupendo ejercicio que se puede hacer a cualquier edad, con una técnica sencilla y que no supone un gran desembolso en material o equipación para hacerlo. Pero como todo deporte que se precie es necesario, como explican desde el Hospital La Paloma (@lapalomahosp), realizarlo bajo una preparación y un conocimiento adecuado de la técnica si no queremos tener lesiones importantes.
Estirar y calentar, obligatorio
Unos minutos antes de salir a correr y cuando termines, es importante realizar estiramientos para evitar sobrecargas con ese esfuerzo físico, así como todo tipo de lesiones. Por eso no te olvides de calentar y estirar tanto las piernas como la columna.
Además, sería conveniente que todo el ejercicio que hagas en este sentido esté adaptado a tu capacidad y necesidades, sin esforzarte demasiado, usando un calzado adecuado para amortiguar tus pasos o parándote cuando sientas la mínima molestia.
Lesiones por zonas
Movimientos repetitivos, falta de preparación física previa, un exceso de ejercicio, material inadecuado o el peso corporal pueden hacer que se resientan diferentes partes del cuerpo. Así, entre las lesiones más comunes podemos encontrar las molestias musculares como pueden ser una rotura de fibras o una contractura muscular; mientras que, en el caso de tus huesos, puedes sufrir fracturas en los dedos de los pies debido a los golpes que se llevan contra el suelo cada vez que das una zancada.
También en esta parte del cuerpo podemos sufrir una fascitis plantar, un dolor en la zona del talón ocasionado por una inflamación de la parte inferior del pie. Y un poco más arriba, los tobillos se resienten en forma de tendinitis y esguinces por una caída o una mala pisada durante la carrera. Otra de las lesiones ocurrentes en esta zona es la tendiosis o tendinitis aquílea o inflamación del tendón de Aquiles.
Por su parte, en la zona de la pelvis y los glúteos se puede producir lo que se llama el síndrome del glúteo profundo, que se caracteriza por un dolor en esa región que se traslada poco a poco hacia la rodilla. Por último, si eres corredor de fondo, presta atención a la periostitis tibial que suele afectar a la zona de la tibia.