Carlos Losada
Deporte para mayores
¿En qué consiste un intensivo de yoga?
Desvelamos para qué sirven las prácticas intensivas y a qué tipo de personas van dirigidas
No cabe duda de que el yoga es una de las actividades más recomendables para la salud física y mental de las personas mayores. Su práctica, además, supone un reto constante para alcanzar nuevos límites y objetivos. Y algunos de ellos se consiguen superar en las clases intensivas.
Pero, ¿qué es un intensivo de yoga?
Para explicarlo del mejor modo posible hemos hablado con Pilar Redondo, profesora de yoga en el Centro Mushin (@CentroMushin), quien lo primero que aclara es que “existen muchos tipos de intensivos, tantos como profesores, porque cada uno los diseñamos según una metodología concreta”. No obstante, se podría resumir con que en breve espacio de tiempo se condensan más horas de las habituales de práctica.
“El objetivo desde mi punto de vista es profundizar en nuestra práctica personal como alumnos y que suponga un punto de inflexión a la hora de practicar posteriormente en nuestra casa. Asimismo, trabajamos nuestra disciplina y supone un trabajo de control mental importante que va dando sus frutos poco a poco. De cara al profesor, creo que también supone una oportunidad para dirigir al practicante hacia un objetivo -puede ser de muchos tipos- que en las clases semanales no es posible por la falta de tiempo”, asegura esta profesora.
Reto para quien practica yoga
Esta profesora remarca el hecho de que para el practicante también puede ser un reto, una superación. “Sin embargo, no se debe ver como un obstáculo superado, sino como un impulso para mejorar posteriormente nuestro día a día porque algo en nosotros haya hecho ‘clic’ y avancemos en nuestra práctica. Si nada cambia, los frutos del intensivo no serán tan amplios”.
¿Quién puede asistir a un intensivo?
El yoga tiene la ventaja de que está abierto para todo el mundo. Por lo tanto, a un intensivo podría asistir cualquier practicante. Sin embargo, depende de cómo el profesor haya diseñado la clase y a qué va a dedicar la sesión: esfuerzo físico, metodología de trabajo, horas...
“Por ejemplo, si nuestro intensivo se basa en una práctica de asana en la que se requiere un esfuerzo físico alto, obviamente para practicantes que estén pasando por un momento en el que su práctica debe ser más restaurativa no va a ser lo más idóneo. En esos casos es habitual que en las especificaciones del intensivo se señale que no podrán asistir practicantes con alguna patología o que necesiten atención especial”, detalla Pilar, a lo que añade: “En cambio, si nos encontramos con un intensivo que está destinado para todos los públicos, en los que se trabaje con soportes o de manera más restaurativa, sí podrían. Cómo siempre es cuestión de lógica y sentido común”.