Mariola Báez
Deporte para mayores
Fisioterapia y ejercicio: las dos claves para prevenir la sarcopenia
Mariola Báez
Sábado 14 de diciembre de 2019
ACTUALIZADO : Sábado 14 de diciembre de 2019 a las 7:24 H
3 minutos
La pérdida de masa muscular puede frenarse con actividades que potencien el incremento de la fuerza
Tal como define la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, la sarcopenia es un síndrome geriátrico que se manifiesta en la progresiva pérdida de masa en nuestra musculatura a la que va unida una disminución en la fuerza de los músculos que necesitamos para realizar nuestras actividades cotidianas, desde andar hasta poder sujetar cualquier objeto con nuestras manos. El riesgo de caídas aumenta con la presencia de esta patología.
Evitar la obesidad y la vida sedentaria son medidas básicas para prevenir su aparición. Con el paso de los años, debido a los cambios biológicos que supone el envejecimiento del organismo, es normal cierto nivel de deterioro de las fibras musculares, pero realizar a diario algo de ejercicio físico influye de manera determinante a la hora de frenar ese deterioro en la musculatura propio en edades avanzadas. Del mismo modo y hasta cierto punto, la pérdida de masa puede frenarse, incluso recuperarse en parte con ejercicios específicos que siempre debe indicar un fisioterapeuta teniendo en cuenta las características y el estado físico de cada persona.
¿Qué puede hacer el ejercicio y la fisioterapia?
Ante los primeros síntomas de debilidad, cuando los músculos parecen no contar con la energía suficiente para cumplir sus funciones, es importante acudir al médico o al fisioterapeuta para conocer si estamos ante un caso de sarcopenia, y en su caso, saber el grado de desarrollo que ha adquirido la enfermedad.
Es importante tener en cuenta que esa fragilidad que empieza a manifestarse debe ponernos sobre aviso ante la posibilidad de que se incremente y acabe llevándonos a dificultades de movimiento e incluso a una discapacidad funcional.
La sarcopenia puede tratarse, tanto realizando ciertas modificaciones en la dieta, incrementando la presencia de proteína, como a través de ejercicios específicos que pongan a trabajar la musculatura con el objetivo de incrementar su fuerza y resistencia.
A partir de los 65 años, la activida física debe ser diaria, actividades aeróbicas, como caminar o montar en bicicleta, han de formar parte de los hábitos cotidianos. Además, la fisioterapia puede hacer mucho a la hora de conseguir que una persona que ha sufrido pérdida de masa muscular consiga aumentar su fuerza, sin riesgo de lesiones, gracias a terapias específicas y personalizadas. En caso de sarcopenia, los expertos recomiendan sesiones, no superiores a los 45 minutos, 2 – 3 veces en semana, que incluyan tanto ejercicios de fuerza como de elasticidad.