Victoria Herrero
Deporte para mayores
Estos son algunos de los motivos por los que nos pueden crujir las rodillas
No en todas las ocasiones ese sonido de nuestra articulación responde a una causa grave
Nos levantamos de una silla y de repente oímos un crujido desagradable que viene de una de nuestras rodillas. Estamos hablando de una de las articulaciones más importantes de nuestro cuerpo ya que, además de ser clave para soportar nuestro peso, nos permiten caminar, saltar o correr, entre otras actividades. Por lo que es importante cuidar la salud de esta parte de nuestro cuerpo, pues ese crujido puede ser una señal, no en todos los casos, de que algo no va bien.
¿Por qué me crujen las rodillas?
Salvo si va acompañado de dolor o se da con demasiada asiduidad, en la mayoría de los casos no debemos preocuparnos. Y es que puede haber varias causas detrás de este curioso sonido y no en todas las ocasiones es una urgencia médica.
Si por ejemplo mantenemos la rodilla en la misma posición durante mucho tiempo, puede que al levantarnos o al mover la pierna se produzca ese crujido como consecuencia de una lubricación inadecuada.
Una deficiencia similar, que también se observa como uno de los motivos detrás del crujido de una rodilla, es una disminución del conocido como líquido sinovial, un fluido viscoso que se encuentra en las cavidades de las articulaciones, o que en el mismo haya una acumulación de gas. Solo en el primer caso sería aconsejable acudir al traumatólogo para que prescriba un tratamiento adecuado.
Posibles lesiones de rodilla pueden ocasionar también ese crepitar, como es el caso de las lesiones de menisco, la degeneración de la superficie articular del cartílago o una sobrecarga en la rótula, que se conoce como rodilla de corredor.
Pero aún hay más. Junto a las anteriores causas debemos añadir un par, que hacen referencia a dos patologías que están relacionadas con ese crujido: la artrosis de rodilla, que puede llegar a reducir notablemente la posibilidad de movimiento de dicha articulación, o la artritis reumática, que se manifiesta en forma de inflamación de la rodilla y la destrucción del cartílago.
Consejos para cuidar tus rodillas
Sea como fuere, lo cierto es que se pueden adoptar una serie de hábitos saludables a la hora de prevenir esa crepitación articular:
- No te olvides de estirar antes y después de hacer ejercicio.
- Si mantienes un peso adecuado, las rodillas no se resentirán a la hora de sujetar tu cuerpo.
- Si vas a estar bastante tiempo sentado (por ejemplo, en un viaje largo en coche), evita cruzar o doblar las rodillas ya que este gesto dificulta la circulación de la sangre por las extremidades inferiores. Levántate cada dos horas para estirar las piernas y hacer pequeños movimientos giratorios.
- Incluye en tu dieta alimentos que favorezcan el cuidado articular, como las verduras, el pescado azul o los frutos secos.
- Fortalece tus rodillas con sencillos ejercicios, como mantener el equilibrio sobre un solo pie, hacer media sentadilla apoyado en la pared o hacer giros con las rodillas flexionadas y las manos sobre ellas.