Victoria Herrero
Deporte para mayores
Un estudio confirma que caminar media hora al día después de un infarto prolonga la vida
Victoria Herrero
Foto: Bigstock
Sábado 7 de diciembre de 2019
ACTUALIZADO : Sábado 21 de diciembre de 2019 a las 17:12 H
6 minutos
Dar un paseo resulta beneficioso no solo para el corazón, sino también en casos de estrés y ansiedad
La vida se para en unos instantes. Estás sufriendo un infarto. Si, por fortuna, solo ha quedado en ese susto y aviso a navegantes, es bueno recuperar poco a poco (si la salud y el médico lo permiten) la rutina que se tenía antes de ese episodio coronario. Bueno, no la vida de antes si no era muy saludable, pero sí empezar a adoptar buenos hábitos y uno de ellos es mantenerse activo.
Y es que, según un estudio, caminar unos 30 minutos cada día de forma regular en el caso de aquellas personas que han pasado por un infarto hace que su vida se alargue. O lo que es lo mismo, hacer 2 kilómetros diariamente ya sea por la ciudad como por una zona de campo que tengamos cercana. Mejor esta última localización.
La segunda oportunidad que te da la vida
Aunque estemos totalmente de acuerdo con esta afirmación, de nada serviría si no estuviese sustentada por la opinión de los profesionales. Y esto es lo que han hecho un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard (@Harvard) en Estados Unidos que afiman que estas personas que salen a pasear estos minutos cada día viven más años en comparación con los que llevan una vida sedentaria después de haber pasado un infarto. Una supervivencia que incluso se incrementa si esas personas ya llevaban a cabo una actividad física constante antes de sufrir ese ataque al corazón y la retoman una vez el médico les da el visto bueno.
Todas estas conclusiones han salido de una investigación que se lleva gestando durante 14 años y que se ha centrado en estudiar a personas que han sufrido un infarto, con una edad media de 65 años. De esta manera se demuestra que el deporte es bueno para nuestra salud, incluso más si cabe después de haber sufrido un percance de estas características.
Todo lo bueno que nos trae el caminar
Pero no es obligatorio que de la noche a la mañana seamos unos consumados deportistas, sino que con solo caminar un rato cada día podremos obtener cuantiosos beneficios. Es más importante y efectivo que lo que muchos puedan creer. Y es que se subestima el hecho de andar.
Por eso, te damos a conocer algunos de esos aspectos positivos para nuestra salud, tanto física como mental, de esta actividad que es bien sencilla de realizar, además de gratuita.
- No hace falta que haga buen tiempo para caminar. Bien abrigados y armados con un paraguas si se da el caso, uno puede andar un rato por la calle para respirar aire puro y mover las piernas. Precisamente, caminar durante todo el año hace que nuestras defensas aumenten con lo que estaremos más protegidos de cara a los habituales catarros y resfriados que se producen en otoño e invierno. Una conclusión a la que llegaron en otro informe elaborado por la misma institución académica antes mencionada.
- Si tienes la tentación de comer algo dulce, sal a caminar. Ese paseo, incluso si es de solo media hora, hará que te distraigas y que una situación de estrés que demanda algo de azúcar, se controle. Es como si caminar tuviera un efecto parecido al de un relajante o ansiolítico.
- Un beneficio conocido por todos: caminar ayuda a que controlemos nuestro peso (si lo acompañamos de una alimentación sana, claro).
- Una reducción de peso que es una buena noticia para unas articulaciones que también salen beneficiadas de ese agradable paseo diario. Y es que, para reforzar las rodillas o las caderas, nada como salir a andar un poco cada día.
- Como esta actividad física se puede hacer tanto solo como en compañía, si optamos por ir en grupo nos puede ayudar a socializar y a alejar, al menos ese rato, el fantasma de la soledad de nuestra cabeza.
El paseo ideal
Para aprovecharnos de todas estas ventajas (y hay muchas más) ese paseo debe ser a conciencia y enfocado a ese objetivo. Es decir, caminar no es bajar a por el pan o comprar fruta en la tienda del barrio. Ni tampoco ir viendo escaparates. Es cierto que sí, que uno se mueve, pero para que resulte lo más efectivo posible lo mejor es colocarnos una ropa cómoda o deportiva (zapatos cómodos y transpirables) y lanzarnos a la calle. Al asfalto si no tenemos la suerte de vivir en un pueblo o cerca de un parque para recibir las bondades de la naturaleza.
Si tu idea es salir a caminar a primera hora de la mañana, toma antes un buen desayuno para coger energía y no te olvides de llevar una pequeña botella de agua para ir hidratándote cada poco tiempo. No esperes a tener sed para beber.
Sea como fuere y con estas premisas previas, es importante que hagas cada día una ruta distinta (conocerás rincones de tu ciudad que nunca habías descubierto) pero que sea accesible tanto a tus capacidades como a tus necesidades. ¡Feliz camino!