Pilar Abellán Martínez
Salud
Descubierta la clave inmunológica que perpetúa las alergias
El 10% de la población mundial sufre alguna alergia a elementos ambientales o alimentos
Dos estudios publicados en Science Translational Medicine explican que algunas alergias son persistentes en el tiempo debido a un tipo de células inmunes que provocan la respuesta exagerada del organismo ante algunos alérgenos.
Según ha investigado la comunidad científica durante años, nuestro sistema inmune, una red de células, tejidos y órganos que protegen y defienden al organismo de las amenazas externas, a veces identifica como enemigo a elementos que no lo son, como un cacahuete o el polen de una flor.
Cuando eso ocurre, surgen las alergias, que no son más que una reacción anómala del sistema inmune a una sustancia no perjudicial.
El sistema inmune y las alergias
Según Joan Bartra, jefe del servicio de Alergología del Hospital Clínic de Barcelona, las alergias son “un defecto del sistema inmune". Dentro de una respuesta alérgica hay distintos mecanismos. Pero la más frecuente de todas es “la alergia de hipersensibilidad que está mediada por anticuerpos…“
Así, el especialista explica que cuando el alérgeno está en contacto con el organismo, tenemos preparadas las defensas y se activan las células IgE, que son las responsables de la reacción alérgica.
Esta activación del sistema inmune se traduce en síntomas heterogéneos y de diversa gravedad, que pueden ir desde una leve urticaria hasta una anafilaxia, una reacción alérgica sistémica potencialmente mortal.
El 10% de la población mundial sufre alguna alergia a elementos ambientales o alimentos, destacan los autores de uno de los estudios.
Las células IgE
La gran incógnita que durante años se han planteado los alergólogos es por qué algunas alergias se resuelven y otras persisten.
“Lo que sabemos es que las IgE están producidas a partir de un diálogo inmunológico entre distintas células: los linfocitos B dan la respuesta para fabricar IgE y les dicen a los plasmocitos (un tipo de linfocitos B) que los fabriquen en grandes cantidades“.
Estas células, según explica el experto, tienen memoria limitada y se sabe que no tienen una vida eterna, pero entonces ”¿por qué en la gran mayoría de las alergias mediadas por IgE, aunque no esté el alérgeno presente, se perpetúan en el tiempo?”, expone Bartra.
Las células B, responsables de la permanencia de las alergias
Dos grupos de investigación proponen una explicación común: ambos describen una población de células del sistema inmune, en concreto, un grupo de células B de memoria, como potenciales responsables de esa memoria alérgica.
Manel Jordana, un alergólogo catalán investigador en la Universidad de MacMaster, coautor de uno de los estudios, explica que “Sabemos que la IgE específica de alérgenos tiene una vida media corta en humanos, alrededor de 48 horas… “
Esto da a entender que el reservorio de IgE, en otras palabras, la capacidad de regenerar IgE tras una nueva exposición, reside en otras células, que ahora sabemos que son células B de memoria”.
Al estudiar una población pediátrica con alergia al cacahuete, un grupo de investigadores estadounidenses ha descubierto que la presencia de este tipo de células inmunes se correlacionó con las concentraciones de IgE y plantean que estas células B de memoria “estén involucradas en la persistencia de la alergia alimentaria”.
En la misma línea, los investigadores canadienses, entre los que está Jordana, concluyen, tras analizar muestras de pacientes y participantes sanos, que esta población de células inmunes “es un reservorio de IgE de memoria”.
En el artículo se informa de que estas células explican la naturaleza persistente de por vida que tienen algunas alergias alimentarias y que de hecho, la presencia de células B pueden indicar una predisposición a desarrollar alguna alergia.
Objetivo terapéutico para las células de memoria
El científico matiza que los dos artículos son complementarios y que eso proporciona una “mayor solidez al descubrimiento porque demuestra que dos grupos independientes hicieron la misma observación central”.
Jordana asegura que sus hallazgos convierten estas células “en un nuevo objetivo terapéutico”. “Es decir, matar estas células o desactivar su capacidad para convertirse en células plasmáticas productoras de IgE puede tener un impacto muy significativo para los pacientes con alergias alimentarias ”.
Los hallazgos plantean un camino hacia nuevas dianas terapéuticas, como pueden ser los fármacos y los procedimientos que ya se están empleando actualmente y que, potencialmente, podrían reducir las poblaciones de estas células.
Para Victoria Cardona, jefa del servicio de Alergología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, estas investigaciones “no son cruciales, pero sí importantes: Es una pieza importante del puzle porque sigue siendo sorprendente mantener la respuesta inmunológica en el tiempo”, conviene la médica.
Ignacio Dávila, presidente de la Sociedad Española de Alergología y ajeno a estas investigaciones, señala que los estudios son de buena calidad y apunta su potencial: “Encontrar estas células puede ayudar a manejar la memoria de IgE y, potencialmente, en un futuro, a modificarla”.
Bartra celebra los hallazgos y destaca su impacto clínico: “Tiene connotaciones clínicas para explicar por qué la inmunoterapia (para la alergia) es efectiva a corto plazo y por qué una persona podría volver a tener alergia después de meses de tolerancia al alérgeno.”
Señala que ahora hay un objetivo fijo y que “estos estudios te hacen cuestionar dogmas y plantear estrategias de lo que hacemos ahora y por qué no siempre encontramos respuestas para el paciente”.