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Su nombre era Negrito, tenía cuatro años y se ha convertido en el primer caso gato infectado por coronavirus en España y el sexto en el mundo. En la casa en la que vivía, en Cataluña, varias personas estaban enfermas de COVID-19 y una de ellas, su propietario, murió a causa de la enfermedad. A Negrito las cosas no le fueron mejor.
Los dueños del animal lo llevaron al veterinario porque mostraba dificultades respiratorias, muy pocas plaquetas, insuficiencia cardiaca y alta temperatura. El veterinario decidió sacrificar al animal y enviarlo al Centro de Investigación en Salud Animal (Cresa), en Barcelona. Ahora, la autopsia ha revelado que este felino tenía material genético del SARS-CoV-2.
La carga viral era muy baja. Según el análisis, difundido este viernes por el Cresa, el gato sufría una enfermedad congénita del corazón conocida como cardiomiopatía hipertrófica, que puede causar muerte súbita. Ninguna de las lesiones halladas en el animal eran compatibles con una infección por coronavirus, es decir, el virus no tuvo nada que ver en su estado de salud, señalan los veterinarios.
“Esto solo demuestra que los gatos en ocasiones muy aisladas pueden ser víctimas colaterales de la pandemia, pero hay muy poca probabilidad de que puedan infectar a las personas”, explica Nàtalia Majó, directora del Cresa, que forma parte del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de la Generalitat catalana.
"Ahora intentaremos secuenciar el genoma del virus y ver si tenía anticuerpos", explica, por su parte, Joaquim Segalés, investigador del Cresa y catedrático de salud animal en la Universidad Autónoma de Barcelona. "Tenemos que pensar en estos animales como víctimas colaterales de esta infección, no como potenciales responsables. La capacidad de una mascota de transmitir coronavirus es francamente negligible", añade..
Este sería el sexto gato contagiado de coronavirus. Apenas se han registrado un puñado de animales contagiados, entre ellos dos perros, una tigresa del Zoo de Nueva York y otros cinco gatos: dos en Hong Kong, uno en Bélgica, otro en Nueva York y un nuevo caso hallado el lunes en Francia.
Las autoridades sanitarias también se han pronunciado sobre esta cuestión apelando a la cautela. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja a las personas enfermas de COVID-19 limitar el contacto con sus mascotas de la misma manera que lo harían con cualquier otro ser humano. Es decir, respetando las normas higiénicas y limitando el contacto en la medida de lo posible. "Esto incluye lavarse las manos después de tocar a los animales, su comida o sus objetos, así como evitar besos, lametazos o compartir alimentos", destacan desde la institución.