Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorSegún la Fundación de la Sociedad Española de Diabetes, casi un 14% de los mayores de 18 años presentan Diabetes Tipo 2 (más de 5,3 millones de personas), con una mayor incidencia a partir de los 61 años, sobre todo en mujeres, y hasta un 12,6% de la población (más de 4,8 millones de personas) tiene la glucosa basal alterada. Unos datos que son muy preocupantes.
Para no aumentar la preocupación en las personas que se deben hacer una analítica para comprobar sus niveles de glucosa. Dependiendo de la cifra puede llevar a preguntarse si padecemos diabetes o tenemos resistencia a la insulina. Lo primero que hay que aclarar es que estos dos conceptos no son sinónimos.
Hay que entender que la glucosa es la encargada de proporcionar la energía que necesitan las células para que el organismo funcione correctamente. La forma que tiene de entrar en ellas es utilizando una hormona, la insulina, que es producida por el páncreas. Cuando la insulina no puede entrar en las células, el azúcar se queda circulando por la sangre, por lo que si no se pone remedio acaba apareciendo la diabetes.
Sin embargo, existe otro escenario, en la que es el propio organismo el que crea una resistencia a la insulina. Se denomina insulinorresistencia o hiperinsulinemia. En este escenario el páncreas sí que produce los niveles correctos de insulina, pero esta no puede realizar correctamente su función ya que el organismo deja de ser sensible a su acción, no la reconoce. La consecuencia es que la glucosa en sangre aumente ya que el páncreas sigue produciendo más y más cada vez, sin conseguir ningún efecto. Al final si no se pone freno, acabará por aparecer la diabetes.
En resumen, tener resistencia a la insulina no significa ser diabético, pero esta situación puede ser la antesala de la diabetes tipo 2 y hay que ponerle remedio cuanto antes.
TIPOS DE DIABETES
La diabetes es una enfermedad endocrina que surge cuando tenemos poca insulina porque el páncreas no es capaz de producirla (diabetes Tipo 1), o cuando sí se produce, pero en cantidades insuficientes (diabetes Tipo 2).
Hay algunas señales que te pueden hacer sospechar que tu cuerpo tiene algún problema con el control de la glucosa. Por ejemplo, si notamos más hambre o sed de lo habitual aun habiendo comido y bebido; si adelgazamos sin motivo alguno, orinamos en mucha cantidad y frecuencia; cansancio sin motivo, vista borrosa o una cicatrización muy lenta. Además, el exceso de pso está relacionado con la resistencia a la insulina, por lo que adelgazar será el primer paso para evitar este factor.
Un estilo de vida saludable es la mejor forma de que nuestro organismo funcione correctamente y así evitar posibles enfermedades y complicaciones.