Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorA nivel mundial, más de uno de cada cinco adultos tiene la tensión arterial elevada, un trastorno que causa aproximadamente la mitad de todas las defunciones por accidente cerebrovascular o cardiopatía, tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (@OMS_es). En España, el 42,6% de la población padece hipertensión, si bien el 37,4% está sin diagnosticar, según el estudio Di@bet.es publicado en la Revista Española de Cardiología.
Las complicaciones que puede traer consigo son graves, ya que supone una mayor resistencia para el corazón a la hora de ejercer presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre a los órganos del cuerpo. Pero la buena noticia es que en el 90% de los casos, ha hipertensión se produce por un estilo de vida inadecuado (solamente el 10% es derivado de una dolencia física). Por eso conviene revisar los hábitos. Todos podemos adoptar medidas para minimizar las probabilidades de padecer hipertensión y sus consecuencias, siguiendo un estilo de vida saludable, comiendo cinco porciones de fruta y verdura al día; y reduciendo la ingesta de grasas saturadas.
Debemos acudir al médico al menos una vez al año para que nos mida la tensión y seguir una dieta mediterránea, dando prioridad a las verduras, granos integrales, frutas y productos lácteos bajos en grasas. De este modo, seguiremos la recomendación de comer fruta y verdura en cada comida, dando prioridad a las patatas hervidas, espinacas, plátanos y albaricoques porque son altos en potasio.
Igualmente, es esencial tomar menos de 5 gramos de sal al día. Si no seguimos esta recomendación, difícilmente podremos bajar nuestros niveles de tensión arterial. 5 gramos equivalen a una cucharadita rasa, pero solo debemos añadir a tus comidas la mitad porque el resto la tomamos sin darnos cuenta ya que la mayoría de alimentos que consumimos tienen sal, como el pan, una lata de conservas, o los mismos cereales del desayuno. Por supuesto, los alimentos procesados y precocinados llevan mucha más sal de la que podemos imaginar: las patatas fritas, los frutos secos salados, las pizzas y los embutidos tienen niveles altísimos de sal.
Además, es fundamental beber un litro y medio de agua al día. Las investigaciones destacan los efectos positivos del zumo de remolacha por su efecto hipotensor y del zumo de arándanos rojos por su alto contenido en antioxidantes, que rebajan la inflamación arterial. En cualquier caso, debemos evitar el uso nocivo del alcohol limitando su ingesta a no más de una bebida al día.