Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorLunes 5 de octubre de 2020
ACTUALIZADO : Miércoles 11 de noviembre de 2020 a las 17:31 H
2 minutos
Un equipo del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), centro asociado a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha descubierto que el suplemento de magnesio mejora la esperanza de vida en los pacientes que sufren enfermedades que aceleran el envejecimiento.
Una de ellas, y sobre la cual ha estado basado el estudio, es la progeria, una enfermedad rara que acelera el envejecimiento y acorta la esperanza de vida de los niños que la padecen. Este estudio utilizó ratones a los que se les infectó con esta enfermedad y asi poder comprobar los resultados de sus investigaciones.
Según los resultados, publicados en la revista científica 'EMBO Molecular Medicine', el magnesio incrementa la capacidad antioxidante de las células. ¿Esto qué quiere decir? Que las células pueden luchar más efectivamente contra el daño producido por la oxidación y los oxidantes, mejorando con ello el envejecimiento acelerado.
El oxígeno es imprescindible para la vida, ya que es la pieza clave que permite obtener energía de los alimentos. Sin embargo, el oxígeno también es el responsable de la oxidación, es decir, de envejecer.
Como el proceso no es perfecto, ciertos electrones se pierden y son atrapados por moléculas que adquieren la capacidad de producir daños (oxidantes) en los ácidos nucleicos, los lípidos y las proteínas de la célula. Para evitar los daños producidos por estos y otros oxidantes, desde muy temprano (evolutivamente hablando) las células han desarrollado antioxidantes que nos protegen de su efecto perjudicial.
Cuando el equilibrio entre oxidantes y antioxidantes es correcto, desarrollamos un envejecimiento saludable. Pero cuando este equilibrio se pierde, ya sea que aumenten los oxidantes o que se pierden los antioxidantes (o ambos a la vez), se produce un estrés oxidativo, y con ello un aumento en el daño molecular, un aumento en el deterioro de nuestras células del cuerpo y una reducción de la esperanza de vida.
Varios estudios previos encontraron que las células obtenidas tanto de niños como de ratones que padecen progeria se caracterizan, entre otros, por un excesivo estrés oxidativo debido a una falta en la capacidad antioxidante, así como por un descenso en la síntesis de ATP debido a una reducida capacidad de obtener energía. Estos defectos moleculares se asocian con un excesivo acumulo de calcio en las arterias, lo que llamamos calcificación vascular, lo cual es causante de enfermedad cardiovascular.