Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorLos españoles somos los terceros a nivel mundial que más gastamos en helados y los cuartos que más consumen. Esto se traduce en un consumo por habitantes de 10,67 litros o 192 bolas al año. Unas cifras que son posibles gracias al aumento de nuestro gusto por este tentempié no solamente en épocas de verano. Y es que casi el 61% de los españoles elegiríamos un helado antes que otra cosa para picar entre horas.
A pesar de estas cifras los helados tienen mala fama porque engordan, contienen demasiado azúcar, etc. pero ¿qué repercusiones reales tienen para tu salud?
Es cierto que algunos son ricos en grasas y azúcares, es decir, en calorías, pero si controlamos su consumo y los reducimos a escasas ocasiones, pueden convertirse en nuestro aliado para controlar el ansia de comer. Y es que además de saciantes, también son hidratantes y nutritivo, y ayudan a calmar la ansiedad y el estrés. Y es que según estudios este alimento activa zonas del cerebro asociadas a la sensación de bienestar (estimulando la producción de endorfinas).
Un truco para evitar sumar calorías es tomarlo a media tarde en lugar de como postre en la comida y que la ración sea de 50g (nunca más de 100). Además, trata de compensar con una cena ligera: verdura, pescado blanco y fruta. Si lo tomaras de postre, hazlo al mediodía mejor que por la noche y luego sal a caminar un poco.
Según el tipo de helado y la calidad y cantidad de los ingredientes, su valor nutritivo y energético varía. Por ejemplo, los que contienen lácteos son una buena fuente de calcio, proteínas completas y algunas vitaminas (sobre todo las del tipo B).
Lo ideal es que los prepares en casa, o al menos, intenta que sean lo más artesanales posible. Ten en cuenta que el plátano o el aguacate aportan cremosidad. Así te ahorras parte de la leche y sumas fibra, grasas saludables... De todo el abanico que tenemos disponibles podemos diferenciar varias clases:
De agua: Son los famosos polos. Más ligeros ya que tienen un 88% de agua. Van de 39 kcal por unidad a 95-100 kcal, según la cantidad de azúcar. También entrarían en esta categoría los sorbetes, con un máximo de 80% agua y 30% aire (si los consideremos ‘de fruta’ deben tener un 15% de ella. Y por últimos los granizados.
De grasas no lácteas: Son helados elaborados con grasas vegetales que son más ligeras. Una bola mediana puede aportar unas 78 kcal. Una de sus ventajas es que no contienen colesterol ni lactosa, aunque no debemos abusar de estos tipos si las grasas vegetales usadas son de coco o de palma.
Cremosos: Son los helados clásicos. En tarrina o cucurucho, son los más energéticos ( de 100 a 350 kcal por cada 100g.) Su ingrediente principal es la crema de leche.
No importa de qué tipo sean. El helado es un gran aliado para rebajar ese estrés o ansiedad siempre y cuando seamos conscientes del tipo que vayamos a saborear y sin pasarnos de sus cantidades. Un tentempié perfecto tanto para los días calurosos de verano como para darse un capricho en el sofá.