El doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia (@SEMG_ES) y miembro de su Junta Directiva repasa con 65Ymás las claves de las nuevas fases del coronavirus desde la óptica de la Atención Primaria, para la que reivindica un papel fundamental en el diagnóstico y seguimiento de los pacientes, pero critica falta de homogeneidad territorial y equipos de protección. Un análisis desde su consulta en un centro de salud de Lugo que sobrevuela varios de los temas que han generado más polémica en los últimos días, como el reparto de mascarillas gratis en la Comunidad de Madrid, las secuelas en los pacientes de coronavirus presuntamente curados como Javier Ortega Smith o el drama de las residencias de mayores.
PREGUNTA.- Los ambulatorios han comenzado a hacer pruebas PCR en una nueva fase marcada por Sanidad que pretende dar un nuevo rol a la Atención Primaria para descongestionar los hospitales. Pero, ¿están preparados los centros de salud para ello?
RESPUESTA.- Aquí hay dos aspectos: Los profesionales estamos preparados para afrontarlo y lo hemos demostrado desde el principio de la pandemia. Otra cosa es la preparación logística y suministro de material de los centros que se está produciendo de una manera muy heterogénea en diferentes puntos de España. A muchos centros de salud no están llegando medidas de protección necesarias para esta fase, ni se están eliminando esos filtros para hacer PCRs fuera de los hospitales, rompiendo la la equidad territorial. Como ejemplo, Castilla y León, Cataluña o Galicia cuyas decisiones no es que dependan de la Comunidad Autónoma, sino de cada área sanitaria, olvidando que la gravedad del coronavirus es la misma. Se dice que se ha reforzado la Atención Primaria, pero de momento no se ve ese cambio.... aunque habrá que dar un margen de confianza.
"A muchos centros de salud no están llegando medidas de protección necesarias para esta fase ni se están eliminando esos filtros para hacer PCRs"
P.- ¿Qué consecuencias podría tener fallar en esta fase de la pandemia?
R.- Estamos perdiendo un momento importante de relajación del número de casos antes de un más que probable rebrote. En vez de poder ir adelantándonos a los acontecimientos y gestionar la detección precoz desde los centros de salud, así como el seguimiento de los contactos como rige la orden del Gobierno, se están tomando medidas intermedias dependiendo de las Comunidades Autónomas, que siguen sin descentralizar los focos de los hospitales como epicentros de la pandemia.
P.- ¿Cómo estáis viviendo esto en primera persona desde los centros de salud, como el suyo en Lugo?
R.- Estamos viviendo esta nueva fase de desescalada con mucha incertidumbre y preocupación. En Lugo ya estamos en la fase 1 y estamos preocupados por la excesiva relajación de la mayor parte de la población que está saliendo de casa sin medidas de protección. Una situación que lejos de mejorar puede convertirse en un precipicio. Yo soy optimista por naturaleza, pero esto puede ser muy peligroso...
"Estamos preocupados por la excesiva relajación de la mayor parte de la población"
P.- El número de sanitarios infectados en Atención primaria es de los más numerosos, ¿temen ser el principal punto de contagio?
R.- Ya somos uno de los principales puntos de contagio y ahora lo seremos mucho más debido al papel que nos otorga el Gobierno en la detección precoz, que es la fase de más riesgo. Pese a ello los medios en Atención Primaria han sido desde el principio y siguen siendo insuficientes. Los EPIs no tienen la protección adecuada–recibimos mascarillas batas, gafas de mala calidad y ni siquiera nos llegan gorros ni calzas. Trabajar así, se convierte en una cuestión de fe.
P.- En ese sentido, ¿cómo recibe la polémica sobre las mascarillas FFP2 que la presidenta de la Comunidad de Madrid está repartiendo gratis en las farmacias?
R.- Si los sanitarios tuviesen protección suficiente, el que se suministren mascarillas de mayor protección que la indicada pra la población en general no tendría por qué ser criticable, siempre y cuando no pusiese en peligro a otros grupos de riesgo... Si sobran, bienvenida sea la medida. Pero temo que este caso se trata fundamentalmente de una actuación de tipo político en la que no me meto... Lo que sí es cierto es que los sanitarios en muchas regiones tenemos que hacer recuento diario de mascarillas, porque no hay suficientes. Esto rompe la equidad entre comunidades...
"Los sanitarios en muchas regiones tenemos que hacer recuento diario de mascarillas, porque no hay suficientes"
P.- Aludiendo a ese optimismo, ¿existe algún halo de esperanza, alguna lección aprendida durante todos estos meses de cara a un posible rebrote?
R.- Sí, sin duda hemos aprendido mucho. Entre lo más destacable está la predisposición y todo lo que conocemos ya, incluso la nueva definición del caso de enfermo por coronavirus con nuevos síntomas identificados más allá de los respiratorios. Ahora tenemos más margen para la sospecha y sabemos que es clave actuar en las fases precoces para evitar procesos más graves e incluso la entrada de muchos pacientes en los hospitales o en la UCI, el aislamiento domiciliario... Es una labor que ya estábamos haciendo desde la Atención Primaria, pero ahora tenemos más información para actuar por ejemplo con fármacos concretos para evitar la replicación del virus. Ya se sabe que la segunda fase inflamatoria va a ser más leve y menos grave, por lo que estaremos actuando de mucho mejor.
P.- La labor de la Atención Primaria parece esencial tanto en el diagnóstico precoz como en el seguimiento de los pacientes que han pasado ya por el virus ¿Recibís muchos pacientes curados en la consulta?
R.- El paciente curado es un paciente complejo. Un caso reciente, muy mediático, y que ejemplifica los efectos que se están viendo en los pacientes curados es el de Ortega Smith. El cuadro con el que ha ingresado de nuevo en el hospital – con una patología tromboembólica – es una consecuencia directa del COVID- 19. Entonces, el paciente que ha padecido la patología, aunque sea de una forma ligera, puede tener riesgos posteriores. Lo importante es conseguir que éste sea un margen de riesgo estrecho, tanto en el seguimiento de los pacientes que están en la fase inicial, en aislamiento domiciliario, como en los que ya la hayan pasado. Es importante de cara a los posibles efectos del coronavirus que aún no conocemos y que pueden surgir a lo largo del tiempo. Esta labor es posible hacerla desde la Atención Primaria porque la cercanía es el elemento fundamental de nuestro trabajo.
"Un caso reciente y que ejemplifica los efectos en los pacientes curados es el Ortega Smith"
P.- Desde 65Ymás nos planteamos qué está pasando con los pacientes de edades más avanzadas ¿Cómo está afectando el COVID-19 especialmente a los pacientes crónicos que antes eran los principales usuarios de la Atención Primaria?
R.- Ellos son los grupos de población más cumplidora, la más confinada y también los que tienen más miedo al virus... Por eso estamos intentando hacer un esfuerzo en su seguimiento más allá del que hacen ellos de su patología crónica. Estamos en muchos casos haciendo un seguimiento proactivo de los pacientes mayores, llamando a ver cómo ser encuentran y ver si tienen síntomas, precisamente para contrarrestar ese posible miedo a ir al ambulatorio aunque tengan alguna molestia. En eso debemos aprender mucho de lo grave que ha ocurrido. Lo de las residencias de mayores es un problema tan sumamente dramático que tiene que cambiar el modelo, nuestra forma de pensar ...
"Todas las residencias tienen que estar medicalizadas de una u otra forma y más cerca de la Atención Primaria"
P.- ¿Qué cambios propone para las residencias?
R.- Todas las residencias tienen que estar medicalizadas de una u otra forma, tiene que hacerse un seguimiento mucho más cercano de los casos en las residencias, mucho más proactivo. Ahí también el papel de la Primaria y de los centros de salud es fundamental para que se pueda atender verdaderamente a estos mayores. El objetivo es conseguir estar más cerca de su ámbito de influencia para que se pueda actuar más precozmente y de una forma mucho más concreta. Lo que ha ocurrido con ellos es muy dramático, la soledad con la que se han encontrado, las situaciones que se han vivido, nos tienen que hacer pensar, y aprender que una sociedad con nuestra cultura y nivel económico, y con nuestro sistema sanitario, no se lo debería haber permitido. No solo eso sino que no se tiene que permitir que vuelva a ocurrir.
"Una sociedad como la nuestra no debería haber permitido el drama de las residencias"