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Científicos de la Universidad de Hokkaido (Japón) han estimado que la edad de una persona no indica la probabilidad de que sea infectado por el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19. Sin embargo, sí que el desarrollo de los síntomas, la progresión de la enfermedad y la mortalidad dependen de la edad.
Las causas de mortalidad en las personas de edad pueden deberse a dos factores: la probabilidad de que se infecten debido a su edad avanzada (susceptibilidad dependiente de la edad), que se refleja en el número de casos; y la probabilidad de que se vean afectadas por una forma grave de la enfermedad debido a su edad avanzada (gravedad dependiente de la edad), que se refleja en la tasa de mortalidad.
En su trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, los científicos optaron por analizar los datos de Italia, España y Japón para determinar si existe alguna relación entre la edad, la susceptibilidad y la gravedad. Se eligieron estos tres países porque tienen datos bien registrados y disponibles públicamente. En mayo de 2020, la tasa de mortalidad (número de muertes por cada 100.000 habitantes) era de 382,3 en Italia, 507,2 en España y 13,2 en Japón. Sin embargo, a pesar de la gran disparidad de las tasas de mortalidad, la distribución de la mortalidad por edades (el número proporcional de defunciones por grupo de edad) era similar en esos países.
Los científicos elaboraron un modelo matemático para calcular la susceptibilidad en cada grupo de edad en condiciones diferentes. También tuvieron en cuenta el nivel estimado de contacto entre personas en cada grupo de edad, así como los distintos niveles de restricción de las actividades fuera del hogar en los tres países.
El modelo demostró que la susceptibilidad tiene que ser irrealmente diferente entre los grupos de edad si se supone que la edad no influye en la gravedad y la mortalidad. Por otra parte, el modelo indicó que la edad no debería influir en la susceptibilidad, sino que debería influir negativamente en la gravedad y la mortalidad, para explicar el hecho de que la distribución de la mortalidad por edades es similar entre los tres países.