Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorA comienzos de mes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunciaba que su equipo estaba estudiando el impacto del aire acondicionado en los contagios del coronavirus. Dependiendo de este estudio la comunidad tomaría medidas para el uso del transporte público y los espacios cerrados bajo su gestión.
Con la llegada del buen tiempo y el calor muchos hogares y lugares públicos echan mano del aire acondicionado, pero aquí salta la duda de si su uso puede ayudar tanto al contagio del virus como a crear un clima más proclive a su supervivencia.
Hasta ahora los expertos no se ponen de acuerdo en el impacto del virus y este servicio. Por un lado dependerá del lugar donde se encuentren las personas. No será lo miso estar en una casa, sin salir de ella, que en un establecimiento con más personas.
Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia (Semg) apunta que el coronavirus puede viajar durante unas tres horas por los conductos del aire acondicionado del supermercado, comercios, oficinas, restaurantes y otros lugares públicos cerrados con concentración de personas. Este impulso del aire haría que el COVID-19 superase los dos metros de distancia de seguridad recomendados por la OMS. A este factor habría que sumarle otro importante: la calidad de los filtros. Si no se han cambiado o son de baja calidad, no serán capaces de capturar las partículas con las que se traslada el virus.
En concreto, si somos dueños de un local y tenemos aire acondicionado, es recomendable disponer de filtros tipo HEPA (High Efficiency Particulate Air) o filtros de alta eficiencia para partículas de aire. Son los que encontramos en hospitales, centros sanitarios o aviones para reducir la propagación de patógenos, virus y bacterias. Consisten en una malla de fibra de vidrio capaz de retener las partículas más pequeñas.
Por el contrario, encontramos a otros expertos que opinan que, la alta facilidad de contagio de este virus se debe a la probabilidad que se produce al toser, estornudar o hablar dentro del espacio de 2 metros recomendados. En opinión de Rafael Manuel Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), "el riesgo de contraer el virus en una farmacia o en un supermercado es el mismo con o sin el aire acondicionado encendido”. A estas dudas se suman los profesionales que opinan que si el aire acondicionado, en lugares públicos, fuera un factor de riesgo, ya se habrían publicado más casos y brotes de contagios que hubieran hecho saltar las alarmas.
La mejor precaución, no será apagar el aire o alejarse de los aparatos, sino de disponer de mascarillas que nos prevengan de su contagio.