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Este lunes 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, evento instituido por la Organización Mundial de la Salud que tiene como objetivo concienciar acerca de esta enfermedad y recordar que cada vez se manifiesta en una mayor cantidad de personas a nivel mundial.
Como bien es sabido, el alzhéimer es una terrible enfermedad que afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo y que se caracteriza por los problemas de memoria, de razonamiento y de conducta que afectan al paciente de manera progresiva, provocando finalmente daños irreversibles y que perjudican seriamente la calidad de vida del individuo.
Sin embargo, aunque se trate de un tipo de demencia sumamente conocida por la sociedad, lo cierto es que todavía circulan multitud de bulos y mitos que no hacen sino empeorar la imagen de dicha enfermedad y la de aquellos que la padecen.
Por ejemplo, el alzhéimer no afecta únicamente a las personas mayores. Es cierto que estas están más expuestas, pero también le ocurre a las personas jóvenes. De hecho, "la mitad de las personas a los 85 años no padece alzhéimer", tal y como exponen desde la Asociación Americana de Personas Jubiladas (AARP por sus siglas en inglés @AARP). Bajo esta premisa, ¿qué mitos perduran en la población general?
La demencia y el alzhéimer no son lo mismo
Normalmente, solemos confundir ambos términos. Sin embargo, son trastornos que poseen su propia definición. La demencia es un conjunto de síntomas que alteran las capacidades físicas y mentales del paciente y que, al mismo tiempo, interfieren en su calidad de vida. Por otro lado, el alzhéimer es una de las causas de demencia más frecuentes, al igual que el alcoholismo, el párkinson o los derrames cerebrales.
No es una enfermedad hereditaria
Muchas personas viven con miedo de desarrollar la enfermedad al haber afectado a la salud de sus progenitores. No obstante, esta premisa se cumple en un procentaje bajísimo de los casos. "La genética puede influir y actuar como un factor de riesgo, pero no es determinante para su aparición. En el riesgo de desarrollar la enfermedad también influyen otros factores, vinculados a aspectos ambientales, a la forma de vida o a la presencia de otras enfermedades", explican desde la Fundació Pasqual Maragall (@fpmaragall).
En el 99% de los casos, la genética no es un factor determinante en la aparición de la enfermedad. El principal factor de riesgo para que la enfermedad se manifieste es el hecho de hacerse mayor. Por lo tanto, aunque hay ciertos aspectos genéticos que sí influyen en la predisposición de desarrollar alzhéimer, en la mayoría de los casos, no son determinantes para su aparición.
Tan solo en un 1% o menos de los casos de alzhéimer, el llamado alzheimer 'familiar', las causas pueden atribuirse de manera exclusiva a un factor genético o hereditario. Actualmente se sabe que las formas genéticamente determinadas se relacionan con la mutación de alguno de los tres posibles genes identificados. En la mayoría de estos casos, la enfermedad se manifiesta en personas jóvenes, antes de los 60 años de edad. Los descendientes de estas personas, tienen un 50% de probabilidades de desarrollar la enfermedad.
A día de hoy, no existe una cura
El alzhéimer suele ir acompañado de un tratamiento que se basa principalmente en el consumo de medicamentos, que a su vez tienen como objetivo paliar algunos de los síntomas temporalmente. A pesar de la creencia popular, dichos fármacos no frenan el avance de la enfermedad. Algunos incluso consiguen que el paciente se encuentre mucho más lúcido y despierto, pero es un efecto que desaparecerá a las pocas horas.
Tampoco se puede prevenir
Tal y como aseguran desde la AARP, "para prevenir una enfermedad es imperativo saber su causa y al no saber que origina la enfermedad de Alzheimer no es posible todavía prevenirla. Un estilo de vida saludable, donde ingieras abundantes frutas y vegetales y hagas ejercicios diarios, sigue siendo la mejor manera de garantizar una buena salud. Lo que es favorable a la salud del corazón, lo es también para la salud del cerebro".
La falta de memoria es un factor determinante
Ese deterioro tan habitual de la memoria no es el único síntoma del alzhéimer, pues este también se caracteriza por los cambios de personalidad, la dificultad para comunicarse, la incapacidad para ejecutar ciertos movimientos o los problemas de atención y orientación. Por lo tanto, si una persona empieza a ver mermada esta cualidad, sobre todo con la edad, no debe ser motivo de alarma, pues es algo muy común y que está vinculado a otros procesos naturales. Solo un profesional de la salud está cualificado para diagnosticarla.
Además, son dos afecciones totalmente distintas, el hecho de envejecer y perder algo de memoria no significa que vayas a tener alzhéimer en el futuro.